(EFE).- El Comité Latinoamericano de Asuntos Financieros (CLAAF) hizo ayer (lunes 30) recomendaciones críticas acordes con la realidad regional a la propuesta de reforma del acuerdo capital bancario del Comité de Basilea, que entrará en vigor en enero de 2004.
La segunda reunión del CLAAF, un comité de expertos, analizó durante los dos últimos días en Caracas las repercusiones de la propuesta del Comité de Basilea sobre capital bancario en el sistema financiero latinoamericano y de las economías emergentes en general.
El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (Suiza) es el principal foro de cooperación internacional en materia de regulación bancaria y su función es la de mejorar la supervisión de los bancos que operan en los mercados internacionales.
Fue creado en 1975 por los gobernadores de los principales bancos emisores del mundo, estableció los principios de supervisión adoptados por casi todas las naciones y desarrolló el Acuerdo de Capital de 1988, que regula la solvencia financiera y en el que está trabajando desde hace tres años para reformarlo.
La venezolana Ruth de Krivoy, presidenta del CLAAF y ex titular del Banco Central de Venezuela (emisor), explicó en rueda de prensa la complejidad técnica de los trabajos para lograr que los supervisores bancarios del comité suizo aprueben en el año 2004 “una norma de capital más flexible que permita calibrar mejor los riesgos financieros”.
Manifestó que es muy posible que las instituciones financieras de los países desarrollados no tengan mayores problemas en el nuevo marco normativo, y dijo que las observaciones de los expertos van encaminadas a que América latina pueda adaptarse a ellas de la forma menos traumática posible.
La peruana Eliana Rojas-Suárez, del Instituto Económico Internacional de Washington, manifestó que “los cambios sobre los requerimientos básicos de capital –que actualmente son de 8% de los activos– tienen como finalidad fortalecer la solvencia de los bancos”.
La reforma del Acuerdo de Capital pretende aproximar más los requerimientos de capital de los bancos al riesgo que asumen, además de estimular las buenas prácticas de gestión de riesgo de las entidades.
La economista agregó que el Comité de Basilea ha propuesto que los bancos tengan su propio sistema interno de calificación de riesgo y la posibilidad de que utilicen a las agencias internacionales de calificación para orientar sus préstamos a empresas o entidades.
Para la especialista, esto “puede tener efectos negativos sobre los flujos de capital en países emergentes y en especial en América latina”, porque las agencias de riesgo siempre que hay un problema en un país emergente disminuyen sus calificaciones, lo que hace que los bancos tengan que aportar más capital y retiren créditos.
(EFE).- El Comité Latinoamericano de Asuntos Financieros (CLAAF) hizo ayer (lunes 30) recomendaciones críticas acordes con la realidad regional a la propuesta de reforma del acuerdo capital bancario del Comité de Basilea, que entrará en vigor en enero de 2004.
La segunda reunión del CLAAF, un comité de expertos, analizó durante los dos últimos días en Caracas las repercusiones de la propuesta del Comité de Basilea sobre capital bancario en el sistema financiero latinoamericano y de las economías emergentes en general.
El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (Suiza) es el principal foro de cooperación internacional en materia de regulación bancaria y su función es la de mejorar la supervisión de los bancos que operan en los mercados internacionales.
Fue creado en 1975 por los gobernadores de los principales bancos emisores del mundo, estableció los principios de supervisión adoptados por casi todas las naciones y desarrolló el Acuerdo de Capital de 1988, que regula la solvencia financiera y en el que está trabajando desde hace tres años para reformarlo.
La venezolana Ruth de Krivoy, presidenta del CLAAF y ex titular del Banco Central de Venezuela (emisor), explicó en rueda de prensa la complejidad técnica de los trabajos para lograr que los supervisores bancarios del comité suizo aprueben en el año 2004 “una norma de capital más flexible que permita calibrar mejor los riesgos financieros”.
Manifestó que es muy posible que las instituciones financieras de los países desarrollados no tengan mayores problemas en el nuevo marco normativo, y dijo que las observaciones de los expertos van encaminadas a que América latina pueda adaptarse a ellas de la forma menos traumática posible.
La peruana Eliana Rojas-Suárez, del Instituto Económico Internacional de Washington, manifestó que “los cambios sobre los requerimientos básicos de capital –que actualmente son de 8% de los activos– tienen como finalidad fortalecer la solvencia de los bancos”.
La reforma del Acuerdo de Capital pretende aproximar más los requerimientos de capital de los bancos al riesgo que asumen, además de estimular las buenas prácticas de gestión de riesgo de las entidades.
La economista agregó que el Comité de Basilea ha propuesto que los bancos tengan su propio sistema interno de calificación de riesgo y la posibilidad de que utilicen a las agencias internacionales de calificación para orientar sus préstamos a empresas o entidades.
Para la especialista, esto “puede tener efectos negativos sobre los flujos de capital en países emergentes y en especial en América latina”, porque las agencias de riesgo siempre que hay un problema en un país emergente disminuyen sus calificaciones, lo que hace que los bancos tengan que aportar más capital y retiren créditos.