En verdad, las amplias alzas de las últimas semanas se originan en instituciones y fondos de todo tipo: extrabursátiles –no ya dedicados a compras apalancadas-, de cobertura e inversiones en general. Todos huyen de acciones, aunque Wall Street intente demostrar lo contrario, y bonos privados.
Esa liquidez llega mediante nuevo vehículos especulativos y permite apostar cómodamente en mercados relativamente chicos o no tanto. Por otra parte, esta burbuja explica que –a fines de febrero- los crudos tejanos hayan logrado otro récord (US$ 102,65 el barril, +12% en el año), acompañado por el Brent (100,80). El primer guarismo se halla apenas dólar y medio bajo el nivel absoluto a valores constantes (hace 28 años). Este año, el gas natural subió ya 26%, el carbón 59% , el trigo 32%, etc.
Al terminar 2007, parecía que la vulnerabilidad de Estados Unidos enfriaría la demanda de productos primarios y sus precios. Pero (a) esa economía ya no era central y (b) China, India, Brasil y otros demandan esos insumos. Por ende, inversores de toda laya se lanzaron sobre materias primas, alejándose de acciones y bonos privados. Paralelamente, temores inflacionarios fogonean la misma tendencia.
En verdad, las amplias alzas de las últimas semanas se originan en instituciones y fondos de todo tipo: extrabursátiles –no ya dedicados a compras apalancadas-, de cobertura e inversiones en general. Todos huyen de acciones, aunque Wall Street intente demostrar lo contrario, y bonos privados.
Esa liquidez llega mediante nuevo vehículos especulativos y permite apostar cómodamente en mercados relativamente chicos o no tanto. Por otra parte, esta burbuja explica que –a fines de febrero- los crudos tejanos hayan logrado otro récord (US$ 102,65 el barril, +12% en el año), acompañado por el Brent (100,80). El primer guarismo se halla apenas dólar y medio bajo el nivel absoluto a valores constantes (hace 28 años). Este año, el gas natural subió ya 26%, el carbón 59% , el trigo 32%, etc.
Al terminar 2007, parecía que la vulnerabilidad de Estados Unidos enfriaría la demanda de productos primarios y sus precios. Pero (a) esa economía ya no era central y (b) China, India, Brasil y otros demandan esos insumos. Por ende, inversores de toda laya se lanzaron sobre materias primas, alejándose de acciones y bonos privados. Paralelamente, temores inflacionarios fogonean la misma tendencia.