<p>Se trata de una cadena de crisis sin precedentes desde 1929/32, con una sola diferencia favorable: no es global, como la de productos primarios. En realidad, lo que se aprobó fue el salvataje de Fannie Mae y Freddie Mac, dos gigantes paraestatales que intermedian en hipotecas residenciales.</p>
<p>Con tufo a urgencias electorales, el paquete intenta sacarles las papas del fuego a unos 400.000 propietarios de viviendas y, de paso, generar otra burbuja especulativa en Wall Street. La ley también desgrava a deudores jóvenes por un total de US$ 15.000 millones y financia hasta US$ 180 millones en gastos legales.</p>
<p>Republicanos y demócratas se unieron en el senado, donde hubo 72 votos en favor y apenas trece en contra. Por un lado, se espera que George W.Bush no se oponga. Por el otro, en general los expertos en la materia no creen que “este mamarracho jurídico” (así lo califica Alan Greenspan) sirva de gran cosa.</p>
<p>El consiguiente fondo de garantía queda en manos de la administración federal de vivienda. Pero la suerte del salvataje depende de que los prestamistas acepten el virtual desagio de sus acreencias originales y, encima, otorguen más crédito. El hecho de que Barack Obama y John McCain apoyen la nueva aventura no significa mucho.</p>
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Pasó el senado norteamericano un rescate que crea dudas
En teoría, se trata de atenuar la doble crisis en Occidente (malas hipotecas, iliquidez). Pero el paquete de US$ 300.000 millones puede seguir el camino de los anteriores, desde noviembre.