<p>Las grandes compañías llegaron a fin de 2010 con casi US$ 4 billones en caja, un aumento sensible sobre los 3,8 billones que el McKinsey Global Institute calculaba para un año antes. Se trata de capitales baratos cuyas tasas de interés largas rondaban en Occidente apenas 1,5% anual. <br />
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Entretanto, las economías emergentes muestran un factor clave para los inversores extranjeros: urbanización acelerada. Ello implica una prognosis positiva para empresas capaces de montarse a la tendencia en la segunda década del siglo XXI.<br />
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Pero, advierte el MGI, “todos esos nuevos caminos, sistemas hidricos o eléctricos y otras formas de infraestructura para servicios públicos –más las empresas que levantan plantas o compran maquinaria- pueden presionar en forma imprevista sobre los recursos privados alrededor del mundo”. <br />
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Según un reciente análisis de la entidad, “hacia 2030, la oferta total de capitales, o sea la disposición a ahorrar, será insuficiente para cubrir la demanda. Ni para satisfacer las necesidades financieras de cada vez más obras y proyectos”. <br />
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Las tasas de ahorro personal vienen declinando en las economías centrales –salvo Japón y Alemania- en los últimos treinta años, en buena medida por influjo del envejecimiento etario. En la etapa actual, los esfuerzos chinos para inclinar la economía hacia un mayor gasto de las familias también reducen el ahorro nacional. <br />
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La brecha entre oferta y demanda mundial de capitales para invertir finalmente presionará sobre los tipos de interés reales, sacará de quicio una gama de colocaciones y será un impedimento para el desarrollo. Por otra parte, en tanto se modifican patrones generales de ahorro e inversión, los flujos financieros entre países cambiarán de dirección, exigirán nuevos canales –no necesariamente las megafusiones bursátiles en boga- e intervención estatal en materia de políticas.</p>
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Mercados emergentes, riesgo financiero global
Al margen de vaivenes cortos o la actual ola de megafusiones en bolsas centrales, el sector privado internacional parece en buena posición para aprovechar la recuperación económica. Vale decir, el impulso que viene de Asia oriental y meridional.