Más sobre conflicto de interés en las Big 4

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El informe de la comisión de cuentas públicas sobre conflicto de interés de las cuatro grandes firmas contables al asesorar al gobierno sobre reforma impositiva sólo rasca la superficie de un problema mucho más profund

La Tesorería no es el único departamento que recibe personal trasladado de las firmas contables para asesorar sobre temas de política donde ellas tienen un conflicto de interés. Se sabe que docenas de personas  que trabajan para las compañías energéticas fueron comisionadas al Departamento de Energía y Cambio climático. Cualquier compañía que brinde un servicio tan importante en la formulación de un partido político tendría que declarar ese asesoramiento como una donación de algún tipo; sin embargo, tal información debe ser obtenida con mucho esfuerzo mediante pedidos Fol (Forward Operation Location), que por lo general terminan frustrados por razones de “confidencialidad comercial”.
 
Los beneficios de esos comisionados para las empresas son evidentes: no sólo tienen la oportunidad de influir en política de gobierno sino que los contactos y experiencia que adquieren durante esos períodos las ayudan en el largo plazo.  Esa ventaja competitiva  suele también ser pagada por el contribuyente. Esta situación debe ser objeto de mayor escrutinio público del que se realiza en la actualidad. Como mínimo, el gobierno debería publicar un registro declarando todas esas personas que trabajan  en todos los departamentos. 
Alexandra Runswick escribe en Unlock Democracy, un blog británico que aboga por la democracia, los derechos y las libertades,  que estas complejas estructuras que han hecho voluntario el impuesto empresarial a las grandes corporaciones, pero obligatorio para los jugadores chicos, florecen porque se permite que la profesión contable se salga con la suya haciendo una falsa distinción entre  evitar impuestos y evadir impuestos. La línea que separa a las dos no está clara..
Por su parte S.P. Chakravarty, de la Univeirsidad de Gales,  dice que los descubrimientos de la PAC echarán más leña al fuego en un momento en que ya se cuestiona la transparencia y equidad del sistema impositivo británico.  “No podemos dejar afuera a estas grandes multinacionales, el Reino Unido debe seguir abierto a los negocios, pero hace falta hacer más para asegurar que haya un código de conducta para que todas las empresas  estén en un plano de igualdad”, dijo. 

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