<p>Con un nivel de desempleo que se acerca a 25% y mientras el gobierno va imponiendo recortes de salarios en la administración pública y planea echar a unos 40.000 funcionarios, la troika compuesta por el FMI, el BCE y la CE, exige a Grecia mayor austeridad para poder acceder a mayores ayudas financieras.</p>
<p>Entre las medidas aún no anunciadas por los organismos de crédito está la de extender la semana laboral, flexibilizar las condiciones para despedir personal y recortar beneficios jubilatorios. En suma, el plan es que los trabajadores asuman el sacrificio. Claro está, en caso de que queden trabajadores, considerando que ya uno de cada cuatro griegos en capacidad laboral está sin empleo; el país lleva cuatro años de recesión ininterrumpida y el gobierno está seco de efectivo. Mientras tanto, a diario se suceden protestas sociales.</p>
<p>Todo parece indicar que ni Alemania ni el FMI tienen muchas esperanzas con respecto a Grecia. Sin embargo, está claro que abandonar a Grecia a su suerte sería prender la mecha en España e Italia. Y es por eso que a toda costa se pretende que Grecia permanezca atada al euro.</p>
<p>Hoy se reúnen los representantes de la Troika con el primer ministro Samaras, para determinar los avances realizados por el gobierno griego y exigir mayores ajustes. A partir de ahí, la Troika decidirá si en octubre se le concede más ayuda financiera a un gobierno ahogado, que por otra parte deberá justificar ante sus propios aliados en el gobierno los mayores ajustes a implementar.</p>
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Los organismos internacionales de crédito presionan a Grecia
En medio de crecientes protestas populares, la troika pide más ajustes. Quieren que los griegos trabajen 6 días a la semana y ganen menos.