<p>Así revela, entre otras cosas, un informe de Andrew Cuomo (fiscal general neoyorquino) elevado al poder ejecutivo federal y al Congreso. Por ejemplo, Goldman Sachs premió a 953 empleados con más un millón por cabeza. Morgan Stanley benefició a 428 “mesadineristas”.<br />
<br />
Aun sin recibir auxilio fiscal, ninguna de ambas obtuvo ganancias que justificasen esos regalos. Peores son casos como Citigroup o Bank of America, salvados del desastre por el gobierno, que también repartieron bonificaciones millonarias.<br />
<br />
Este informe intensificará el debate sobre por qué y cuánto pagar a los operadores de Wall Street. Ya en enero, Barack Obama calificaba de “vergonzosas” las retribuciones a banqueros que se habían asignado US$ 20.000 millones en premios mientras derrapaban sus entidades y la economía. Máxime porque “malversaban dinero de los contribuyentes”.<br />
<br />
Precisamente este viernes, la cámara de representantes dio media sanción a una ley que ordena a los reguladores limitar “paquetes remuneratorios inapropiados o imprudentes” en bancos grandes. A criterio de Cuomo, “estas bonificaciones son particularmente irritantes porque muchos bancos sobrevivieron la crisis –fomentada por esos mismos operadores- merced al apoyo federal. Si un banco pierde plata ¿de dónde saca para recompensar operadores?”<br />
<br />
La tesis de Obama o Cuomo (las bonificaciones debieran reflejar los resultados de cada entidad) es rechazada por Wall Street con un sofisma: se premia a los operadores por su desempeño personal –o sus conexiones internas-, no por los resultados del conjunto. Si no fuera así, la gente se iría a otro banco. “¿A quién le importa?” pregunta el fiscal y subraya una contradicción: si las firmas pierden ¿no se afecta el desempeño individual?”.<br />
<br />
En Morgan Stanley, la suma de bonificaciones en 2008 septuplicó las ganancias de la banca. En 2004 y 2005, cuando los mercados marchaban bien, MS dedicó a recompensas “sólo” el doble de utilidades. El equipo de Cuomo no analizó el correlato entre cada premio y el desempeño de su beneficiario. Pero es fácil imaginar qué habrían hallado.<br />
<br />
Instancias federales y Kenneth Feinberg (nuevo experto oficial en remuneraciones) también profundizan en el tema. En general, afirman que los incentivos de ese tipo figuran entre las causas de la crisis financiera. Algunos hasta invocan un “síndrome de codicia ejecutiva”.<br />
<br />
Según consta en el informe del fiscal, un grupo relativamente chico de operadores (unos cinco mil) acumuló más de US$ 5.000 millones en premios. Por ejemplo, en Goldman Sachs unas doscientas personas percibieron en total mil millones. En Morgan Stanley, US$ 577 millones se repartieron entre 101 individuos. Por su parte, un grupo de nueve bancos recibió rescates por US$ 32.000 millones tras perder 81.000 millones. Pero no dejó de premiar a sus operadores.</p>
<p> </p>
<p><br />
</p>
Los bancos pagaron US$ 5.000 millones en bonos
Miles de operadores estelares en Wall Street recibieron pingües remuneraciones en 2008, pese a que sus bancos perdían dinero. Nueve principales entidades receptoras de rescates otorgaron bonificaciones superiores al millón a cinco mil operadores.