Lavagna presentó la oferta y Nicola Stock cambió de libreto

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Ante medios, empresarios, banqueros e inversores, el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, ratificó que no habrá ninguna mejora de la oferta. Roberto Lavagna, aseguró que es una “reestructuración excepcional”. Y Stock se italianizó.

El titular de Economía admitió que la reestructuración de la deuda será un proceso “difícil y complejo”, pero aseguró que esta propuesta “es la única compatible con el crecimiento del país”. Hablando en el palacio de Hacienda, tras la presentación técnica del equipo financiero, el ministro sostuvo que se trata de “ un canje excepcional”.

Por su parte, Nielsen reiteró en forma categórica que “no habrá ninguna mejora, ni otro esquema de canje”. Al mismo tiempo, garantizó que los ahorristas que entren ahora mantendrán la cláusula del acreedor más favorecido. “Esta es una presentación para especialistas y actores que serán claves en este proceso”. Acompañaban Leonardo Madcur y el subsecretario Sebastian Palla.

Por supuesto, unos de los destinatarios del mensaje es el suizo Nicola Stock, a cuyo criterio “la oferta de canje es unilateral e inaceptable”. Pero, como el “comité global” vive una interna borrascosa, ahora el cabildero se presentara como director de una “task force” italiana contra Argentina. Pronosticó que la adhesión de los ahorristas peninsulares será “ínfima” y desestimó los porcentajes que maneja el Gobierno.

Pero la situación de Stock no es fácil, tras comparecer el miércoles ante el parlamento italiano. Se afirma que el hay 450.000 pequeños rentistas que tienen bonos en cese selectivo de pagos, pero por un valor nominal no muy grande (US$ 14.000 millones). Ocurre, sin embargo, que algunos grupos de ahorristas, cinco jueces y varios legisladores exigen que se hagan responsables los bancos, pues le vendieron al público lego papeles que, ese ese momento (1999 a 2001), ya eran chatarra, dado que Argentina era potencialmente insolvente desde por lo menos 1998.

Los intermediarios lo sabían pero –junto con el Fondo Monetario y las calificadoras de riesgo- silenciaban el hecho, quizá suponiendo que las cosas no llegarían al cese unilateral de pagos. Ahora, Stock reconoció que su objeto real no es rechazar el canje, sino obligar al gobierno argentino a modificar la oferta. En especial, busca un lapso menor para el reembolso, confesó ante preguntas de diputados escépticos.

El titular de Economía admitió que la reestructuración de la deuda será un proceso “difícil y complejo”, pero aseguró que esta propuesta “es la única compatible con el crecimiento del país”. Hablando en el palacio de Hacienda, tras la presentación técnica del equipo financiero, el ministro sostuvo que se trata de “ un canje excepcional”.

Por su parte, Nielsen reiteró en forma categórica que “no habrá ninguna mejora, ni otro esquema de canje”. Al mismo tiempo, garantizó que los ahorristas que entren ahora mantendrán la cláusula del acreedor más favorecido. “Esta es una presentación para especialistas y actores que serán claves en este proceso”. Acompañaban Leonardo Madcur y el subsecretario Sebastian Palla.

Por supuesto, unos de los destinatarios del mensaje es el suizo Nicola Stock, a cuyo criterio “la oferta de canje es unilateral e inaceptable”. Pero, como el “comité global” vive una interna borrascosa, ahora el cabildero se presentara como director de una “task force” italiana contra Argentina. Pronosticó que la adhesión de los ahorristas peninsulares será “ínfima” y desestimó los porcentajes que maneja el Gobierno.

Pero la situación de Stock no es fácil, tras comparecer el miércoles ante el parlamento italiano. Se afirma que el hay 450.000 pequeños rentistas que tienen bonos en cese selectivo de pagos, pero por un valor nominal no muy grande (US$ 14.000 millones). Ocurre, sin embargo, que algunos grupos de ahorristas, cinco jueces y varios legisladores exigen que se hagan responsables los bancos, pues le vendieron al público lego papeles que, ese ese momento (1999 a 2001), ya eran chatarra, dado que Argentina era potencialmente insolvente desde por lo menos 1998.

Los intermediarios lo sabían pero –junto con el Fondo Monetario y las calificadoras de riesgo- silenciaban el hecho, quizá suponiendo que las cosas no llegarían al cese unilateral de pagos. Ahora, Stock reconoció que su objeto real no es rechazar el canje, sino obligar al gobierno argentino a modificar la oferta. En especial, busca un lapso menor para el reembolso, confesó ante preguntas de diputados escépticos.

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