La Fed dio la señal, el mundo toma nota

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La Reserva Federal baja desde enero en US$10.000 millones mensuales el antídoto monetario de la gran crisis de 2008/9 y apunta a rescatar al Estado endeudado. Dólar más fuerte y tasas en alza, la señal para 2014.

En su informe 152, la consultora Ecolatina evaluó en relación al anuncio de la Fed de moderación de los estímulos monetarios que viene aplicando para el rescate de la economía tras la gran crisis de 2008/2009: “La mala noticia que supone la menor liquidez mundial deriva de una buena noticia, que es la recuperación económica de la principal economía del mundo, lo cual tiene implicancias positivas globales”.

 

Concluye: “El impacto sobre cada país, en el saldo final, dependerá de la efectividad de las medidas prudenciales que cada economía haya adoptado en los últimos años, adelantándose a algo que se sabía que, eventualmente, iba (y va) a suceder”.

 

A contramano de la expectativa del mercado, que esperaba el anuncio de moderación de los estímulos monetarios entre enero y marzo de 2014, la Fed definió la señal en su reunión de diciembre, al anunciar el comienzo de la disminución en la compra de activos el próximo mes, analiza Ecolatina en su Informe.

 

Dado que la decisión ya estaba descontada, no tuvo un impacto significativo en los mercados. A esto se añade que el monto en que se reducen las compras será moderado (de US$ 85.000 millones a US$ 75.000 millones por mes).

 

Ahora se espera que en las reuniones subsiguientes la Fed vaya recortando gradualmente la inyección (a un ritmo de US$ 10.000 millones), de manera de darle fin al programa hacia diciembre de 2014.

 

Aún así, que esta estrategia se materialice dependerá de que el mercado laboral siga mostrando mejorías mes a mes.

 

De no ocurrir esto, la Fed ya advirtió que está dispuesta a redireccionar el rumbo de su política al ritmo de los datos de la economía.

 

Una vez que se retire por completo el estímulo monetario, cobrará aún mayor fuerza la discusión sobre el inicio del ciclo alcista de las tasas de interés, que se espera para 2015.

 

Puntapié inicial hacia el desarme del QE3

 

La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) anunció que en enero de 2014 se iniciará la moderación del actual programa de inyección monetaria (QE3 tapering), iniciado en septiembre de 2012.

 

Si bien el monto de compra de activos se reducirá de manera moderada (US$ 10.000 millones menos respecto al actual ritmo de compras de US$ 85.000 millones mensuales), lo relevante es el anuncio en sí mismo más que el monto.

 

Las decisiones del Comité de Política Monetaria de la FED respecto al futuro del QE3 se sustentan fundamentalmente en las perspectivas de la actividad, el desempleo y la inflación. Sin embargo, actualmente la evolución del mercado laboral es el principal de todos ellos.

 

Dicha afirmación queda evidenciada si se considera que, respecto a la anterior reunión, el ajuste en las proyecciones de desempleo fue considerablemente mayor que el realizado para la actividad económica, mientras que las perspectivas para la inflación en 2014 fueron recortadas en el promedio del rango proyectado (lo cual opera en sentido contrario, reduciendo la necesidad de iniciar el tapering, en vez de incrementarla).

 

Puesto en números, la proyección de desempleo para el próximo año se corrigió de 6,4-6,8% a 6,3-6,6%, la de PBI de 2,9-3,1% a 2,8-3,2% y la de inflación de 1,3-1,8% a 1,4-1,6%.

 

Más aún, en el comunicado de prensa del Comité se explicita que la actividad se está expandiendo a una tasa moderada, mientras que las condiciones del mercado laboral mostraron una mejora adicional, aunque el desempleo se mantiene elevado a pesar de haberse reducido.

 

La inflación, en cambio, se mantiene por debajo de la meta de largo plazo de la FED, pero aún así las expectativas de largo plazo se mantienen estables. Finalmente, el sector inmobiliario, uno de los motores de la recuperación de la actividad (que también fue de los más golpeados durante la crisis), muestra ciertas señales de moderación en su performance.

 

¿Moderado pero sistemático accionar de la Reserva Federal?

 

Si bien el monto de reducción de los estímulos es entre exiguo y moderado, en la medida en que los datos venideros del mercado laboral sigan mostrando mejorías y la inflación de señales de tender hacia el objetivo de largo plazo, el Comité ampliará la reducción de la inyección monetaria en las próximas reuniones (la próxima será el 29 de enero).

 

Considerando estas apreciaciones de la Fed y las posteriores declaraciones de Bernanke, buena parte del mercado ahora espera que la nueva “estrategia” sea reducir sistemáticamente, y en montos equivalentes (US$ 10.000 millones) el programa en las siguientes siete reuniones, lo que implicaría cerrar el programa de inyección monetaria en diciembre de 2014.

 

Si bien aún es muy pronto para aseverar que esta será la estrategia a adoptarse, no habría que descartar un escenario en el que el ritmo de retiro sea predecible de manera de minimizar la volatilidad en los mercados financieros, objetivo sobre el cual el actual presidente de la Fed ha puesto especial énfasis. Pero aún así no hay que perder de vista que el Comité está dispuesto a “sorprender” al mercado con sus decisiones. Si bien el tapering era esperado, así como el hecho de que se realice de manera gradual, no deja de ser cierto que las expectativas estaban puestas en que el anuncio se diera entre enero y marzo de 2014. Con la decisión de anunciarlo ahora, se dio una clara señal de que la FED está dispuesta a no convalidar expectativas a pesar del objetivo de reducción de la volatilidad financiera (con esto sustenta la postura de que el driver de la decisión sea la “economía real” más que los mercados financieros).

 

En esta línea, Bernanke afirmó que podrían retomar el ritmo de compra de activos si los datos económicos decepcionan o volver a frenarlo si la actividad se fortalece (la Fed continuará siendo “data dependiente”). De hecho, el desempleo se redujo a su mínimo de los últimos cinco años en noviembre (7%), pero la inflación alcanzó a 0,7% interanual en Octubre, manteniéndose por debajo de la meta de 2% anual prácticamente por un año y medio, y sugiriendo que la economía sigue operando por debajo de su capacidad potencial.

 

El otro gran interrogante respecto a la política monetaria a adoptarse en EE.UU. refiere a las decisiones sobre la tasa de interés de referencia (Fed Funds –FF-): en este sentido, no parece haber grandes cambios en las expectativas respecto a reuniones pasadas.

 

 

En términos agregados, el perfil de las tasas de interés para los próximos años para el conjunto de los participantes del Comité se mantuvo inalterado, con la gran mayoría esperando una primera alza en 2015.

 

Pero para dicho año sí se observan ciertos cambios en la distribución de las expectativas (miembro por miembro) respecto a la magnitud del alza en la tasa de interés. Pero aún teniendo esto en cuenta, la mayoría espera una suba hasta 0,75% en las Fed Funds en 2015 (alza de +0,5 p.p.).

 

La Reserva Federal se plantea como objetivo (necesario, pero no suficiente) reducir el desempleo por debajo de 6,5% antes de decidir una suba en la tasa de interés. Más aún, en esta reunión se explicitó que la desocupación debe estar “bien por debajo” de ese nivel, cuando en anteriores ocasiones alcanzaba con simplemente reducir dicha tasa.

 

Aunque esperada, la decisión no es inocua

 

La novela del QE3 tapering se inició a fines de mayo de este año, cuando Bernanke declaró la necesidad de que la FED eventualmente moderase (hasta eliminar) la compra de activos, para darle fin al ciclo de mega liquidez impuesto por la principal economía mundial.

 

Pasados ya siete meses de aquella oportunidad, el mercado tuvo tiempo más que suficiente para descontar la materialización del anuncio realizado esta semana, por lo cual los principales “movimientos” en el mercado financiero se produjeron con las advertencias iniciales y no con el anuncio concreto de hace unos días. De hecho, la lectura pesimista derivada a partir de la concreción del inicio de un ciclo de menor liquidez, al menos por ahora, parece estar más que compensada por el mensaje de gradualismo que la FED pregona para el retiro de los estímulos monetarios, hecho que le quita impacto (en términos de volatilidad) al mercado de bonos y acciones en particular, y al financiero en general.

 

Justamente, en lo que refiere al impacto en América Latina sobre las monedas, el grueso del efecto se concentró posterior a aquél anuncio de mayo, con fuertes devaluaciones de las principales monedas (principalmente en el Real brasileño entre los países sudamericanos). Sin embargo, esto no significa que la concreción del retiro vaya a ser inocua a futuro.

 

Si bien las economías emergentes se asientan sobre bases más firmes que las del pasado, y una moderación de los influjos de divisas no los encontraría tan vulnerables como en episodios anteriores, las inconsistencias fiscales en algunos países y los desbalances de las cuentas externas en otros, no permiten desestimar los potenciales efectos adversos del giro en la política monetaria de EE.UU.

 

De hecho, se observan reversiones de los influjos de capitales hacia los mercados emergentes, principalmente en el segmento de fondos mutuos de bonos (los influjos de fondos que invierten en acciones continúan creciendo a un ritmo estable), lo cual pondrá más presión sobre los países con déficit externo.

 

Esto podría verse exacerbado en los países altamente dependientes de la exportación de commodities, dado que la moderación de los estímulos monetarios y una eventual suba de tasas en EE.UU. supondrán un sesgo bajista en las cotizaciones de las materias primas (principalmente metales), luego de una década de precios muy elevados.

 

De todos modos, aún es muy pronto para estimar el impacto verdadero de la decisión de iniciar el tapering, dado que los mercados suelen sobrereaccionar a los anuncios y luego, con el transcurrir de los días, se “acomodan”.

 

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