El déficit, pues, subió 2,7% sobre los US$ 68.000 millones de julio (pese a que varios analistas esperasen lo contrario), de acuerdo con el departamento federal de Comercio. También dejó atrás las estimaciones del elenco de gurúes contratado por Bloomberg’s.
El sector privado compró en el exterior más computadoras y bienes de uso final. A su vez, las empresas exportaron también por un monto récord. Como siempre, otros analistas se manifestaron felices por el agujero comercial: a su criterio, la masa de importaciones significa que el público mantiene demanda, aunque haya signos de enfriamiento económico (cosa que, por su parte, negaba ayer el libro beige de la Reserva Federal).
En términos más serios las exportaciones fueron impulsadas por un dólar débil, perfil que abandonaría en septiembre. Otro grupo de expertos imagina que las ventas norteamericanas fueron a “economías en expansión” de Europa occidental y Asia oriental. Pero las únicas que muestran ese fenómeno son China e India.
El gasto de los consumidores, que representa dos tercios del producto bruto interno en EE.UU., en verdad “aumentó más rápido en varios distritos del país”, sostiene el libro beige. Cuatro de los doce, entretanto, afirmaron su crecimiento económico durante septiembre.
Por cuerda separada, el departamento de Trabajo informó que las nuevas solicitudes de subsidio por desempleo abandonaron la semana los pisos mantenido desde agosto. Entre el 2 y el 6, pues, los pedidos aumentaron de 304.000 a 308.000 (+1,31%).
Volviendo al comercio, el défict con China, políticamente irritante, superó el récord de octubre (US$ 20.500 millones) y registró 21.9000 millones. Las ventas de Beijing marcaron su propio récord, US$ 26.700 millones, en tanto las exportaciones norteamericanas caían a 4.800 millones.< El déficit, pues, subió 2,7% sobre los US$ 68.000 millones de julio (pese a que varios analistas esperasen lo contrario), de acuerdo con el departamento federal de Comercio. También dejó atrás las estimaciones del elenco de gurúes contratado por Bloomberg’s.
El sector privado compró en el exterior más computadoras y bienes de uso final. A su vez, las empresas exportaron también por un monto récord. Como siempre, otros analistas se manifestaron felices por el agujero comercial: a su criterio, la masa de importaciones significa que el público mantiene demanda, aunque haya signos de enfriamiento económico (cosa que, por su parte, negaba ayer el libro beige de la Reserva Federal).
En términos más serios las exportaciones fueron impulsadas por un dólar débil, perfil que abandonaría en septiembre. Otro grupo de expertos imagina que las ventas norteamericanas fueron a “economías en expansión” de Europa occidental y Asia oriental. Pero las únicas que muestran ese fenómeno son China e India.
El gasto de los consumidores, que representa dos tercios del producto bruto interno en EE.UU., en verdad “aumentó más rápido en varios distritos del país”, sostiene el libro beige. Cuatro de los doce, entretanto, afirmaron su crecimiento económico durante septiembre.
Por cuerda separada, el departamento de Trabajo informó que las nuevas solicitudes de subsidio por desempleo abandonaron la semana los pisos mantenido desde agosto. Entre el 2 y el 6, pues, los pedidos aumentaron de 304.000 a 308.000 (+1,31%).
Volviendo al comercio, el défict con China, políticamente irritante, superó el récord de octubre (US$ 20.500 millones) y registró 21.9000 millones. Las ventas de Beijing marcaron su propio récord, US$ 26.700 millones, en tanto las exportaciones norteamericanas caían a 4.800 millones.<