jueves, 12 de diciembre de 2024

¿Guerra siderúrgica global?

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Una medida claramente proteccionista del presidente George W. Bush puede desencadenar una “guerra mundial del acero”. Estados Unidos Impondrá recargos de 8 a 30% a la importación de diez productos siderúrgicos

Por un lado, caen en varias bolsas las acciones de siderúrgicas no estadounidenses, perjudicadas por Washington. Por el otro, surgen protestas en la Unión Europea (gobierno central de Bruselas inclusive), Rusia, Brasil, Japón, Corea del Sur, etcétera.

Ni siquiera el mayor fabricante del planeta, Arcelor SA (Luxemburgo) o Nippon Steel se salvaron del cimbronazo. Sus efectos derivan no sólo de la acción en sí, sino de su magnitud: se imponen recargos de 8 a 30% a la importación de diez productos siderúrgicos. Esto significa que Estados Unidos no tiene en cuenta a la Organización Mundial de Comercio.

La medida amenaza con desviar embarques ya en camino hacia ese mercado y con achatar precios en Europa, Asia y américa latina, ya en el piso desde 1982.

De hecho, analistas británicos e italianos estiman que Acelor y ThyssenKrupp (Alemania) desistirán de aumentos previstos para abril. Por otra parte, el impacto bursátil del nuevo recargo presionará aún más sobre los paquetes líderes. Acelor, verbigracia, ha perdido unos US$ 810 millones (10% de su valor en mercado) entre ayer y hoy.

Sin duda, la dura actitud norteamericana (no compartida por Canadá ni Méjico, los restantes socios del Tratado de Libre Comercio) generará represalias por parte de la UE, Australia, Japón, Corea del Sur y quizás el Mercosur.

De hecho, Bruselas acaba de presentarse ante la OMS y estudia aplicar cuotas a compras provenientes de EE.UU. Los europeos no entienden la discriminación estadounidense, dado que la UE representa apenas 3% de sus importaciones siderúrgicas.

A criterio de Romano Prodi, presidente de la comisión europea, “lo más grave es que parece una señal de endurecimiento proteccionista”. Menos indirecto, un vocero de Acelor sostuvo: “la administración Bush hace lo mismo que con Enron y cede a las presiones de cabildeos (lobbies) sectoriales”.

Por un lado, caen en varias bolsas las acciones de siderúrgicas no estadounidenses, perjudicadas por Washington. Por el otro, surgen protestas en la Unión Europea (gobierno central de Bruselas inclusive), Rusia, Brasil, Japón, Corea del Sur, etcétera.

Ni siquiera el mayor fabricante del planeta, Arcelor SA (Luxemburgo) o Nippon Steel se salvaron del cimbronazo. Sus efectos derivan no sólo de la acción en sí, sino de su magnitud: se imponen recargos de 8 a 30% a la importación de diez productos siderúrgicos. Esto significa que Estados Unidos no tiene en cuenta a la Organización Mundial de Comercio.

La medida amenaza con desviar embarques ya en camino hacia ese mercado y con achatar precios en Europa, Asia y américa latina, ya en el piso desde 1982.

De hecho, analistas británicos e italianos estiman que Acelor y ThyssenKrupp (Alemania) desistirán de aumentos previstos para abril. Por otra parte, el impacto bursátil del nuevo recargo presionará aún más sobre los paquetes líderes. Acelor, verbigracia, ha perdido unos US$ 810 millones (10% de su valor en mercado) entre ayer y hoy.

Sin duda, la dura actitud norteamericana (no compartida por Canadá ni Méjico, los restantes socios del Tratado de Libre Comercio) generará represalias por parte de la UE, Australia, Japón, Corea del Sur y quizás el Mercosur.

De hecho, Bruselas acaba de presentarse ante la OMS y estudia aplicar cuotas a compras provenientes de EE.UU. Los europeos no entienden la discriminación estadounidense, dado que la UE representa apenas 3% de sus importaciones siderúrgicas.

A criterio de Romano Prodi, presidente de la comisión europea, “lo más grave es que parece una señal de endurecimiento proteccionista”. Menos indirecto, un vocero de Acelor sostuvo: “la administración Bush hace lo mismo que con Enron y cede a las presiones de cabildeos (lobbies) sectoriales”.

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