<p>“Cada vez más vulnerables y expuestos –señalan Jeffrey Sachs y George Soros-, los banqueros acabarán derribando un edificio que llevó siglos levantar”. Se trata, claro, del modelo capitalista anglosajón, cuyo estado al presente es crítico y pone a Washington en un dilema, resumido por Paul Krugman, Nobel 2008: ¿salvar bancos o salvar banqueros?<br />
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Mitchell McConnell, jefe de la minoría opositora en el Senado, no tiene dudas: rechaza la reforma financiera promovida por los demócratas. A su juicio, “le dará al gobierno federal la facultad de controlar y reestructurar entidades en bancarrota”. Pero, en realidad, lo que el legislador busca es proteger a banqueros como Lloyd Blankfein (Goldman Sachs), Vikram Pandit (Citigroup) o James Dimon (JPMorgan Chase), no a sus instituciones.<br />
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En un mensaje pronunciado días atrás, el republicano aparentaba recomendar que, en futuros cracs, el estado deje naufragar a los bancos y no los rescate con dinero del contribuyente. Pero, objeta Krugman, “eso es una mala idea, por lo mismo que lo es no combatir incendios urbanos o forestales. En 1929/32, el gobierno permaneció al margen y, con ello, abrió paso a la depresión de 1933/7”.<br />
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Hace dos años y medio, George W.Bush (o sea, Henry Paulson, hombre de Goldman Sachs) “no impidieron el colapso de Bear Stearns y Lehman Brothers, con lo cual provocaron la crisis occidental subsiguiente”. Más tarde, esto puso en evidencia que ni los bancos eran intangibles –lo confirma el nuevo escándalo de GS con derivados- ni los instrumentos disponibles sirven en el mundo actual”.<br />
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A McConnell lo desvela otra cosa: que la legislación propuesta por Barack Obama otorgue a los reguladores autoridad ejecutiva para actuar en casos como los de ambas firmas de valores y varios bancos. Krugman es muy directo en la materia, calificando de “desvergonzados” al senador y su fuente de inspiración, el cabildero republicano Frank Luntz. Ambos fingen apoyar a los contribuyentes, cuando en verdad forjan una alianza táctica no gratuita entre banqueros (no con los bancos) y opositores.<br />
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Wall Street, por supuesto, busca lo mismo. Pero, de pronto, la demanda de la <em>Securities & Exchange Commission </em>(comisión federal de valores) contra GS y sus agentes afecta a la clase banquera, ya golpeada por la connivencia durante años entre esa firma, el corrupto gobierno griego y su virtual bancarrota. Al respecto, el megainversor Warren Buffett –Berkshire Hathaway- ha sido claro: la clave de la crisis sistémica reside en los derivados financieros y éstos distan de haberse agotado como armas de destrucción masiva. Lo demuestran las acciones legales de la SEC contra Goldman Sachs.</p>
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Goldman Sachs: ¿empiezan a desplomarse los intocables?
Este fin de semana es dramático para las finanzas en Estados Unidos. No obstante, los grandes banqueros y sus amigos republicanos quieren libertad para incurrir en los mismos pecados que produjeron la crisis de 2006/9 y la recesión consiguiente.