En otros tiempos quienes perdían hasta la camisa en Montecarlo, salvaban el honor con un tiro en la cabeza. Hoy, los que apuestan en un casino muchísimo más grande pierden las camisas de clientes y empleados, pero casi nunca las propias.
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<p>Fortis tenía 65.000 asalariados en cincuenta países. Pero Lippens y sus cincuenta ejecutivos, después de comer los sobrepreciados pergeños del cotizado cocinero Alain Duchase (¿chozno del conde de Lautréamont?), pasaron el fin de semana en el hotel. Cada habitación les salió € 2.200 diarios. </p>
<p>Ahora, legisladores de La Haya, Bruselas y el parlamento europeo (Estrasburgo) exigen explicaciones por ese acto de soberbia inaudita. Así revela el diario flamenco “De morgen”. La historia empezó en agosto y culminó el 15 de septiembre, cuando se supo la verdad: Fortis tenía € 137.000 millones (unos US$ 190.000 millones) en papeles de Lehman Brothers, en quiebra. </p>
<p>Fue preciso que Banque Nationale de Paris-Banque de Paris et des Pays-bas (BNP-Paribas) saliera al rescate de Fortis el día 26. Horas antes, el luego despedido directo gerente Herman Verwils desmentía todo pero, a la mañana siguiente, su reemplazante interino, Filip Dierckx, debió admitir los alcances del desplome. Lippens no suspendió la festichola en Mónaco y los accionistas piden hoy su cabeza de triple papada. </p>
Fortis: sus ejecutivos festejan la bancarrota en Montecarlo
Apostaron mal en un casino y lo celebran en otro, más chico. Maurice Lippens, capo de la firma belgoholandesa desde 1990, agasajó a cincuenta managers en el hotel Paris-Montecarlo. La comida costó a razón de 300 por cabeza.