El presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, justificó el lunes la reciente decisión de aumentar los tipos de interés un cuarto de punto, hasta 3,5%, debido al riesgo, a medio plazo, de un aumento de la inflación.
Hizo, simultáneamente, un llamamiento a los interlocutores sociales en “Italia, Irlanda y España” para que moderen sus demandas salariales.
Duisenberg, que no explicó el jueves pasado la decisión del BCE, aprovechó su comparecencia ante la comisión económica del Parlamento Europeo para comentar personalmente las razones del incremento de tasas, el segundo en seis semanas, decidido por el Banco Central Europeo.
El aumento se adoptó, dijo, después de constatar que los dos pilares de la política monetaria del BCE -la inflación y la oferta monetaria- aumentaron desde principios de año.
“Tengo la fuerte convicción de que, a partir de ahora, podremos mantener una situación no inflacionista que es el requisito indispensable para mantener el aumento sostenible del crecimiento económico en el área del euro”, afirmó.
Duisenberg confirmó que las previsiones de crecimiento para la Eurozona serán “cercanas a 3% en el 2000 y 2001, como reflejo tanto de la favorable situación externa como de la boyante demanda interna”.
Insistió en que buena parte del aumento de la inflación corresponde a “una subida de los precios del petróleo más elevada y más duradera de lo que se previó hace tres o cuatro meses”.
Asimismo, señaló que otro de los factores había sido el valor del euro con respecto al dólar, “que se ha estabilizado, pero por debajo de lo que habíamos previsto”.
Duisenberg adelantó que, a medio plazo, la curva de la inflación aumentará entre 0,3% y 0,4%, pero pronosticó que, después, volverá a descender.
Por esta razón, el presidente del BCE instó a los interlocutores sociales “especialmente en Italia, Irlanda y España”, a que mantengan la política de moderación salarial.
“Lo que hay que hacer ahora es evitar que el repunte de la inflación tenga efectos secundarios que no se justifican”, señaló en referencia a un posible aumento de los salarios.
En su opinión, el nivel de las tasas de interés en la Eurozona contribuirá a mantener la inflación bajo control a lo largo del año sin frenar el crecimiento económico. Más bien al contrario, la política de tasas “contribuirá a un crecimiento duradero y sostenido”.
El presidente del Banco Central Europeo, Wim Duisenberg, justificó el lunes la reciente decisión de aumentar los tipos de interés un cuarto de punto, hasta 3,5%, debido al riesgo, a medio plazo, de un aumento de la inflación.
Hizo, simultáneamente, un llamamiento a los interlocutores sociales en “Italia, Irlanda y España” para que moderen sus demandas salariales.
Duisenberg, que no explicó el jueves pasado la decisión del BCE, aprovechó su comparecencia ante la comisión económica del Parlamento Europeo para comentar personalmente las razones del incremento de tasas, el segundo en seis semanas, decidido por el Banco Central Europeo.
El aumento se adoptó, dijo, después de constatar que los dos pilares de la política monetaria del BCE -la inflación y la oferta monetaria- aumentaron desde principios de año.
“Tengo la fuerte convicción de que, a partir de ahora, podremos mantener una situación no inflacionista que es el requisito indispensable para mantener el aumento sostenible del crecimiento económico en el área del euro”, afirmó.
Duisenberg confirmó que las previsiones de crecimiento para la Eurozona serán “cercanas a 3% en el 2000 y 2001, como reflejo tanto de la favorable situación externa como de la boyante demanda interna”.
Insistió en que buena parte del aumento de la inflación corresponde a “una subida de los precios del petróleo más elevada y más duradera de lo que se previó hace tres o cuatro meses”.
Asimismo, señaló que otro de los factores había sido el valor del euro con respecto al dólar, “que se ha estabilizado, pero por debajo de lo que habíamos previsto”.
Duisenberg adelantó que, a medio plazo, la curva de la inflación aumentará entre 0,3% y 0,4%, pero pronosticó que, después, volverá a descender.
Por esta razón, el presidente del BCE instó a los interlocutores sociales “especialmente en Italia, Irlanda y España”, a que mantengan la política de moderación salarial.
“Lo que hay que hacer ahora es evitar que el repunte de la inflación tenga efectos secundarios que no se justifican”, señaló en referencia a un posible aumento de los salarios.
En su opinión, el nivel de las tasas de interés en la Eurozona contribuirá a mantener la inflación bajo control a lo largo del año sin frenar el crecimiento económico. Más bien al contrario, la política de tasas “contribuirá a un crecimiento duradero y sostenido”.