sábado, 23 de noviembre de 2024

Estados Unidos no está ganando la guerra Irak, cree Robert Gates, nuevo jefe del Pentágono

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El secretario de defensa que acaba de nombrar George W.Bush obviamente no coincide con el presidente. “En uno o dos años, recién sabremos si el resto de Levante se suma a la ola de violencia”.

Nadie, mucho menos los legisladores, esperaban un pronóstico público tan duro por parte de un miembro del poder ejecutivo. Gates exponía durante la audiencia de confirmación, ante el comité senatorial de las fuerzas armadas. En otra declaración sorpresiva, el flamante secretario de defensa reveló que “el presidente quiere que le aporte nuevos puntos de vista sobre la guerra y nuestra opciones en la región”.

Eso y decir que la Casa Blanca está dispuesta a examinar la propuesta del grupo de estudios sobre Irak -dirigido por James Baker- es casi lo mismo. Máxime recordando que Gates era director de CIA cuando Baker era secretario de estado de Bush padre y que, hasta hace poco, trabajaba con ese panel bipartidario.

“En uno a dos años, debemos asegurar que Irak, Estados Unidos y el próximo presidente se vean con una situación de mejora lenta pero sostenida. De lo contrario, nos encontraremos ante una conflagración regional”, recalcó Gates. Semejante perspectiva puede abarcar a todos los vecinos de Irak más Israel, Palestina y Líbano.

Inquirido por el senador Carl Levin (demócrata, Michigan), el alto funcionario reiteró que EE.UU. no estaba ganando la guerra. “Tampoco puedo decir que estamos perdiendo, al menos en este punto”. Esto a horas de haberse fotografiado Bush con John Bolton, un belicista, e insistir con un lenguaje duro.

A criterio de Gates, “lo que hemos comprobado en Irak es que, una vez desatada la guerra, todo se torna impredictible. Las consecuencias de este conflicto bélico pueden llegar a ser dramáticas”. Puesto de otra forma, el sucesor de Donald Rumsfeld cuestiona la propia invasión de Irak, sin apoyo de las Naciones Unidas ni del Consejo de seguridad y con apenas un puñado de aliados.

Nadie, mucho menos los legisladores, esperaban un pronóstico público tan duro por parte de un miembro del poder ejecutivo. Gates exponía durante la audiencia de confirmación, ante el comité senatorial de las fuerzas armadas. En otra declaración sorpresiva, el flamante secretario de defensa reveló que “el presidente quiere que le aporte nuevos puntos de vista sobre la guerra y nuestra opciones en la región”.

Eso y decir que la Casa Blanca está dispuesta a examinar la propuesta del grupo de estudios sobre Irak -dirigido por James Baker- es casi lo mismo. Máxime recordando que Gates era director de CIA cuando Baker era secretario de estado de Bush padre y que, hasta hace poco, trabajaba con ese panel bipartidario.

“En uno a dos años, debemos asegurar que Irak, Estados Unidos y el próximo presidente se vean con una situación de mejora lenta pero sostenida. De lo contrario, nos encontraremos ante una conflagración regional”, recalcó Gates. Semejante perspectiva puede abarcar a todos los vecinos de Irak más Israel, Palestina y Líbano.

Inquirido por el senador Carl Levin (demócrata, Michigan), el alto funcionario reiteró que EE.UU. no estaba ganando la guerra. “Tampoco puedo decir que estamos perdiendo, al menos en este punto”. Esto a horas de haberse fotografiado Bush con John Bolton, un belicista, e insistir con un lenguaje duro.

A criterio de Gates, “lo que hemos comprobado en Irak es que, una vez desatada la guerra, todo se torna impredictible. Las consecuencias de este conflicto bélico pueden llegar a ser dramáticas”. Puesto de otra forma, el sucesor de Donald Rumsfeld cuestiona la propia invasión de Irak, sin apoyo de las Naciones Unidas ni del Consejo de seguridad y con apenas un puñado de aliados.

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