Otro componente ayudó a una euforia inicial -más tarde diluida- en la bolsa neoyorquina. El informe del Departamento de Comercio, en efecto, subraya como “síntomas de que se consolida la reactivación” los máximos logrados en exportaciones e importaciones.
“Si esta última cifra es tan positiva, ¿por qué la administración Bush no cesa de presionar a China para que revalúe el yüan y reduzca su superávit comercial con nosotros?”. Así se preguntaba por la TV canadiense Paul Krugman, economista sistémico que viene perdiendo espacios en los medios norteamericanos debido a sus posturas opuestas a la gestión federal, no sólo en su materia específica.
Sea como fuere, el déficit creció 6,3% entre marzo y abril. Ya que estaba, Comercio reajustó el rojo de marzo y lo bajó de US$55.000 a 53.600 millones, una decisión que crea sospechas entre expertos independientes.
A criterio de quienes no adhieren a Washington, el informe oficial “está redactado a medida de ciertos gurúes. O sea, los que de inmediato elevaron de 3,1 a 3,5% las proyecciones del trimestre sobre aumento del PBI este año”. Así presumen Robert Kuttner, Jeffrey Sachs y analistas británicos.
Otro componente ayudó a una euforia inicial -más tarde diluida- en la bolsa neoyorquina. El informe del Departamento de Comercio, en efecto, subraya como “síntomas de que se consolida la reactivación” los máximos logrados en exportaciones e importaciones.
“Si esta última cifra es tan positiva, ¿por qué la administración Bush no cesa de presionar a China para que revalúe el yüan y reduzca su superávit comercial con nosotros?”. Así se preguntaba por la TV canadiense Paul Krugman, economista sistémico que viene perdiendo espacios en los medios norteamericanos debido a sus posturas opuestas a la gestión federal, no sólo en su materia específica.
Sea como fuere, el déficit creció 6,3% entre marzo y abril. Ya que estaba, Comercio reajustó el rojo de marzo y lo bajó de US$55.000 a 53.600 millones, una decisión que crea sospechas entre expertos independientes.
A criterio de quienes no adhieren a Washington, el informe oficial “está redactado a medida de ciertos gurúes. O sea, los que de inmediato elevaron de 3,1 a 3,5% las proyecciones del trimestre sobre aumento del PBI este año”. Así presumen Robert Kuttner, Jeffrey Sachs y analistas británicos.