Algunos exagerado vislumbra en el horizonte un nuevo “patrón áureo” en lugar del dólar o del euro. Pero dos factores se oponen. Uno, los grandes bancos centrales se han desprendido hace mucho de casi todas sus reservas duras. Otro, aquel precio de 1980 implica al presente US$ 1.400/600 en dólares constantes, o sea deflacionados.
Muchos se confunden al respecto, porque los crudos (alcanzaron US$ 100,90 empezando el año) sí rozan sus máximas de entonces, estimadas entre US$ 105 y 113, según tipos y fuentes. Sea como fuere, el oro recobró 47% durante 2007 y, ahora, exhibe un rasgo: ya no parece atado a las cotizaciones de hidrocarburos.
Cabe recordar que, a fines de los años 90, el metal áureo rozaba picos de US$ 252 la onza. Ello significa que ha recobrado desde entonces casi 250%, o sea ha triplicado el precio nominal. Justamente, la debilidad del oro –patente desde 1995- hizo que los bancos centrales redujesen tenencias.
Algunos exagerado vislumbra en el horizonte un nuevo “patrón áureo” en lugar del dólar o del euro. Pero dos factores se oponen. Uno, los grandes bancos centrales se han desprendido hace mucho de casi todas sus reservas duras. Otro, aquel precio de 1980 implica al presente US$ 1.400/600 en dólares constantes, o sea deflacionados.
Muchos se confunden al respecto, porque los crudos (alcanzaron US$ 100,90 empezando el año) sí rozan sus máximas de entonces, estimadas entre US$ 105 y 113, según tipos y fuentes. Sea como fuere, el oro recobró 47% durante 2007 y, ahora, exhibe un rasgo: ya no parece atado a las cotizaciones de hidrocarburos.
Cabe recordar que, a fines de los años 90, el metal áureo rozaba picos de US$ 252 la onza. Ello significa que ha recobrado desde entonces casi 250%, o sea ha triplicado el precio nominal. Justamente, la debilidad del oro –patente desde 1995- hizo que los bancos centrales redujesen tenencias.