La entidad informó que el indice de enero alcanzaba 106,3 puntos. Vale decir, 9,8% de aumento. No obstante, la mayoría de analistas y gurúes no apostaba a más de 104,5 puntos.
Este alza refleja, casi exclusivamente, una percepción psicológica basada en el leve retroceso del desempleo durante el último trimestre de 2005. A su vez, las expectativas de la muestra son a tres/seis meses vista y, por lo común, casi nunca resultan convalidadas por la reallidad. A pesar de eso, lo que era un hábito puramente norteamericano se ha extendido a varios países, algunos de ellos periféricos.
Curiosamente, se mantiene la diferencia negativa entre la “sensación térmica” actual de los encuestados y sus expectativas a mediano plazo. En esta ocasión, la realidad misma contradice el optimismo del sondeo: sorpresivamente, el ritmo anual del producto bruto interno de derrumbó de 4,2 a 1,1% entre el tercero y el cuatro trimestre (novedad que casi todos los medios rioplatenses pasaron por alto).
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La entidad informó que el indice de enero alcanzaba 106,3 puntos. Vale decir, 9,8% de aumento. No obstante, la mayoría de analistas y gurúes no apostaba a más de 104,5 puntos.
Este alza refleja, casi exclusivamente, una percepción psicológica basada en el leve retroceso del desempleo durante el último trimestre de 2005. A su vez, las expectativas de la muestra son a tres/seis meses vista y, por lo común, casi nunca resultan convalidadas por la reallidad. A pesar de eso, lo que era un hábito puramente norteamericano se ha extendido a varios países, algunos de ellos periféricos.
Curiosamente, se mantiene la diferencia negativa entre la “sensación térmica” actual de los encuestados y sus expectativas a mediano plazo. En esta ocasión, la realidad misma contradice el optimismo del sondeo: sorpresivamente, el ritmo anual del producto bruto interno de derrumbó de 4,2 a 1,1% entre el tercero y el cuatro trimestre (novedad que casi todos los medios rioplatenses pasaron por alto).
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