<p>En abril, la asamblea de accionistas destituyó a Kenneth Lewis como presidente de junta, disconforme por su gestión. Pero, en el fondo, el problema atañe –sostienen varios legisladores- al “funcionamiento de un capitalismo financiero genéticamente modificado que (lejos de John Maynard Keynes) ha evitado el naufragio del sistema sólo inyectando masivamente dinero de los contribuyentes”.<br />
Hijo de un enfermero de Georgia, Lewis fue “banquero del año” en 2001 e, increíblemente, en 2008.<br />
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El jueves, la cámara bajas lo vapuleó sin piedad en un proceso por la compra poco diáfana de Merrill Lynch, en diciembre último, sin notificar de antemano a los accionistas de BofA (todavía el mayor banco estadounidense en activos).<br />
Arrinconado por varios legisladores, confesó haber sido sometido a fortísimas presiones para apurar la toma de ML, en peligro de quebrar como Bear Stearns y Lehman Brothers. Los villanos de la historia serían Henry Paulson (ex Goldman Sachs y secretario del Tesoro), Bernanke –RF- y, hasta cierto punto, Timothy Geithner. El sucesor de Paulson era antes presidente de la RF Nueva York y no podía ignorar los entretelones del asunto. <br />
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Ahora Lewis revela que tampoco él supo hasta el 24 de diciembre ciertos detalles del acuerdo firmado diecinueve días antes. Por ejemplo, que la firma de valores trocada en banca de inversión estaba quemando más de US$ 15.000 millones en el cuarto trimestre de 2008. Para haber sido dos veces banquero del año, el CEO de BofA era muy fácil de apretar.<br />
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Hace dos meses, el fiscal neoyorquino Andrew Cuomo le tomó declaración a Lewis y éste involucró al inefable Bernanke y a Paulson. El presidente de la RF luego arguyó que había actuado para evitar un caos financiero y bursátil en Estados Unidos. Pero, como replicaron varios diputados, “Merrill Lynch nunca fue lo bastante grande para acabar con el sistema; ni siquiera era un banco”.<br />
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En las deposiciones del jueves, Lewis reiteró todo lo expuesto en conexión con Bernanke, Paulson y presiones que databan de septiembre, antes de lanzarse el programa pro alivio de activos tóxicos (TARP en la sigla inglesa). Respecto de ML, incurrió en una contradicción: tras afirmar que ignoraba detalles clave hasta Nochebuena, confesó que conocía los problemas de la banca inversora ya en noviembre. Obviamente, la cámara baja ha citado a Bernanke, Paulson y Geithner.<br />
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El tambaleante Lewis puede arrastrar a otros
Ante una comisión parlamentaria, el comprometido director ejecutivo de Bank of America puede afectar a Benjamin Bernanke. O sea, trabar la renovación del mandato conferido al frente de la Reserva Federal, que vence a fin de 2009.