El International Exchange (IX), resultante de la fusión de las bolsas de Londres y de Frankfurt, será una plataforma única con capacidad para múltiples mercados y divisas, según el presidente del London Stock Exchange (LSE), Don Cruickshank.
Cruichshank presentó el miércoles ante la Comisión del Tesoro en el Parlamento los pormenores del acuerdo de fusión de la LSE con la Deutsche Borse de Frankfurt, a la vez que intentó tranquilizar a los británicos que temen que la libra esterlina sea excluida del IX.
El nuevo mercado bursátil empezará a operar en la primavera (boreal) del año 2001, según Cruickshank, quien ocupará la presidencia del mismo, conforme al acuerdo de fusión anunciado el día 3 de mayo.
Las bolsas de Madrid y Milán han empezado a negociar su integración al IX y probablemente formarán parte de una segunda ola o fase del nuevo mercado, cuando ya esté funcionando plenamente, dijeron fuentes de la LSE.
En su intervención ante la comisión parlamentaria, Cruickshank explicó que las empresas que actualmente están registradas en mercados nacionales europeos podrán ser admitidas para transacciones bursátiles en IX.
Entre las ventajas que ofrecerá el IX en el proceso de integración bursátil europeo destaca la prolongación del tiempo para transacciones, el establecimiento de una reglamentación común y la supervisión y transparencia en todos los mercados participantes.
“Como empresa privada, intentaremos siempre servir a los intereses de nuestros clientes, que son las empresas y los que realizan transacciones con sus acciones”, dijo Cruickshank, quien resaltó que la nueva bolsa tendrá una plataforma tecnológica única con capacidad para operaciones en múltiples divisas, en especial la libra y el euro.
Dependerá de la empresa, conjuntamente con sus accionistas, determinar la divisa con la que desea captar capital, llevar su contabilidad o pagar dividendos, según Cruickshank.
La moneda que se utilice para la cotización de las acciones de una determinada compañía será decidida por la bolsa y estará sujeta a las necesidades de los inversores y otros usuarios del mercado, dijo.
En el caso de que la divisa principal para las transacciones de las acciones de una empresa británica no fuese la libra, la bolsa garantizará que los precios estén disponibles en dicha moneda tanto para inversores privados, como para índices y medios de comunicación, aclaró el futuro presidente de la IX.
Fuente: EFE
El International Exchange (IX), resultante de la fusión de las bolsas de Londres y de Frankfurt, será una plataforma única con capacidad para múltiples mercados y divisas, según el presidente del London Stock Exchange (LSE), Don Cruickshank.
Cruichshank presentó el miércoles ante la Comisión del Tesoro en el Parlamento los pormenores del acuerdo de fusión de la LSE con la Deutsche Borse de Frankfurt, a la vez que intentó tranquilizar a los británicos que temen que la libra esterlina sea excluida del IX.
El nuevo mercado bursátil empezará a operar en la primavera (boreal) del año 2001, según Cruickshank, quien ocupará la presidencia del mismo, conforme al acuerdo de fusión anunciado el día 3 de mayo.
Las bolsas de Madrid y Milán han empezado a negociar su integración al IX y probablemente formarán parte de una segunda ola o fase del nuevo mercado, cuando ya esté funcionando plenamente, dijeron fuentes de la LSE.
En su intervención ante la comisión parlamentaria, Cruickshank explicó que las empresas que actualmente están registradas en mercados nacionales europeos podrán ser admitidas para transacciones bursátiles en IX.
Entre las ventajas que ofrecerá el IX en el proceso de integración bursátil europeo destaca la prolongación del tiempo para transacciones, el establecimiento de una reglamentación común y la supervisión y transparencia en todos los mercados participantes.
“Como empresa privada, intentaremos siempre servir a los intereses de nuestros clientes, que son las empresas y los que realizan transacciones con sus acciones”, dijo Cruickshank, quien resaltó que la nueva bolsa tendrá una plataforma tecnológica única con capacidad para operaciones en múltiples divisas, en especial la libra y el euro.
Dependerá de la empresa, conjuntamente con sus accionistas, determinar la divisa con la que desea captar capital, llevar su contabilidad o pagar dividendos, según Cruickshank.
La moneda que se utilice para la cotización de las acciones de una determinada compañía será decidida por la bolsa y estará sujeta a las necesidades de los inversores y otros usuarios del mercado, dijo.
En el caso de que la divisa principal para las transacciones de las acciones de una empresa británica no fuese la libra, la bolsa garantizará que los precios estén disponibles en dicha moneda tanto para inversores privados, como para índices y medios de comunicación, aclaró el futuro presidente de la IX.
Fuente: EFE