En este caso, pesa un dato muy concreto: la producción industrial muestra nuevos signos de avance, lo cual fomenta temores inflacionarios en la mente de Alan Greenspan, Benjamin Bernanke y la cúpula del emisor. Sus criterios, claro, no toman en cuenta la economía real.
No obstante, la relevancia comparativa del descenso en el indicador minorista no podrá ser ignorada por el comité monetario de la RF (que se reunirá recién el 31 de enero). Máxime porque la ficción estadística favorita de la entidad, el índice pelado, o sea sin alimentos ni combustibles, muestra 0,2% de alza.
¿Por qué? Porque el IPC fue influido por un sostenido repliegue de precios en combustibles. En cuanto a producto industrial, se elevó 0,7% -también en noviembre- y ya lo había hecho 1,3% en octubre. En un lapso de doce meses, este rubro acumula el mayor incremento en ocho años. Entretanto, la capacidad instalada en uso alcanzaba el máximo en cinco años. Ambos síntomas son vistos como inflacionarios por la RF.
En este caso, pesa un dato muy concreto: la producción industrial muestra nuevos signos de avance, lo cual fomenta temores inflacionarios en la mente de Alan Greenspan, Benjamin Bernanke y la cúpula del emisor. Sus criterios, claro, no toman en cuenta la economía real.
No obstante, la relevancia comparativa del descenso en el indicador minorista no podrá ser ignorada por el comité monetario de la RF (que se reunirá recién el 31 de enero). Máxime porque la ficción estadística favorita de la entidad, el índice pelado, o sea sin alimentos ni combustibles, muestra 0,2% de alza.
¿Por qué? Porque el IPC fue influido por un sostenido repliegue de precios en combustibles. En cuanto a producto industrial, se elevó 0,7% -también en noviembre- y ya lo había hecho 1,3% en octubre. En un lapso de doce meses, este rubro acumula el mayor incremento en ocho años. Entretanto, la capacidad instalada en uso alcanzaba el máximo en cinco años. Ambos síntomas son vistos como inflacionarios por la RF.