El propio departamento federal de Comercio se mostró sorprendido por el margen de descenso en ventas minoristas: 1,1%. “El consumidor norteamericano empieza a tener dificultades para asimilar el aumento de combustibles”, señalaban funcionarios de la cartera.
En otro informe, la repartición señala que el promedio de precios de importaciones, también en junio, retrocedió 0,2%. Pero, al mismo tiempo, el precio medio de exportaciones cedía 0,6%, tras casi un año de aumento.
Respecto de ventas al detalle, el retroceso de junio es el más pronunciado desde febrero de 2003. Descontando automotores –que perdieron bastante terreno-, el resto se redujo en sólo 0,2%. Como en los casos anteriores, las cifras resultan más débiles que las estimadas en Wall Street.
Volviendo al rojo comercial, continúa alto: su proyección técnica da US$ 552.000 millones en un año. El debilitamiento del dólar ante el euro y el yen fue un factor clave y no, como insisten analistas del mercado, el crecimiento de los socios comerciales. No obstante, el departamento federal del ramo califica como “récord” la exportación en mayo (US$ 97.100 millones) y espera igual tendencia en junio.
Los gurúes bursátiles “leen” la reducción del déficit como estímulo para el producto bruto interno. Pero las cifras indican lo contrario: la proyección anualizada, pasa –sí- 3,9% a fines de abril a 4% a fines de mayo. No obstante, el mercado apostaba a 4,2/4,4% en todo 2004. Irónicamente, las estadísticas comerciales hicieron subir al dólar contra el euro en un margen diario algo desmedido (casi 0,75%).
Esta combinación de señales –especialmente la petrolera- y el deterioro presidencial en las encuestas, agravado por la increíble propuesta de funcionarios federales -cancelar las elecciones en caso de ataque terrorista- y el pase de Ronald Reagna a Kerry desconcertaban en Wall Street. Los principales indicadores acentuaron bajaa a 0,48% (Dow Jones industrial), 0,40% (Standard&Poor’s 500) y 0,8% (Nasdaq compuesto).
El propio departamento federal de Comercio se mostró sorprendido por el margen de descenso en ventas minoristas: 1,1%. “El consumidor norteamericano empieza a tener dificultades para asimilar el aumento de combustibles”, señalaban funcionarios de la cartera.
En otro informe, la repartición señala que el promedio de precios de importaciones, también en junio, retrocedió 0,2%. Pero, al mismo tiempo, el precio medio de exportaciones cedía 0,6%, tras casi un año de aumento.
Respecto de ventas al detalle, el retroceso de junio es el más pronunciado desde febrero de 2003. Descontando automotores –que perdieron bastante terreno-, el resto se redujo en sólo 0,2%. Como en los casos anteriores, las cifras resultan más débiles que las estimadas en Wall Street.
Volviendo al rojo comercial, continúa alto: su proyección técnica da US$ 552.000 millones en un año. El debilitamiento del dólar ante el euro y el yen fue un factor clave y no, como insisten analistas del mercado, el crecimiento de los socios comerciales. No obstante, el departamento federal del ramo califica como “récord” la exportación en mayo (US$ 97.100 millones) y espera igual tendencia en junio.
Los gurúes bursátiles “leen” la reducción del déficit como estímulo para el producto bruto interno. Pero las cifras indican lo contrario: la proyección anualizada, pasa –sí- 3,9% a fines de abril a 4% a fines de mayo. No obstante, el mercado apostaba a 4,2/4,4% en todo 2004. Irónicamente, las estadísticas comerciales hicieron subir al dólar contra el euro en un margen diario algo desmedido (casi 0,75%).
Esta combinación de señales –especialmente la petrolera- y el deterioro presidencial en las encuestas, agravado por la increíble propuesta de funcionarios federales -cancelar las elecciones en caso de ataque terrorista- y el pase de Ronald Reagna a Kerry desconcertaban en Wall Street. Los principales indicadores acentuaron bajaa a 0,48% (Dow Jones industrial), 0,40% (Standard&Poor’s 500) y 0,8% (Nasdaq compuesto).