El sector financiero se encamina a la primera declinación trimestral (octubre-diciembre) desde la década anterior. Según la agencia federal de seguro sobre depósitos (FDIC en inglés), tras sumar magras utilidades por US$ 1.700 millones en el tercer trimestre -94% de retroceso en un año-, el actual cerrará negativo. Entretanto, proliferan las carteras de morosos e incobrables y los activos tóxicos (derivados en derrape).
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<p> Las cifras cubren unas 8.300 entidades auditadas por la FDIC. De ellas, casi 25% declaraban quebrantos netos al 30 de septiembre. En cuanto a octubre-diciembre, a la tendencia se sumarán bancos tan grandes como JPMorgan Chase, Citigroup y otros. Ello explica por qué el secretario de hacienda y el presidente de la Reserva Federal tratan de acelerar los rescates del megapaquete por US$ 694.000 millones.</p>
<p> Pero Barack Obama insiste en que el dinero de los contribuyentes tenga otra prioridad: las clases media, media baja y baja. Esto en un clima cada vez más hostil a los malos banqueros cuyo salvamento preocupa a Henry Paulson, su operador Neel Kashkari (ex Golman Sachs, hoy en la agencia federal de estabilización, todo un eufemismo) y Benjamín Bernanke.</p>
<p> Como señala la canadiense Naomi Klein, “Washington manejó el megarrescate no sólo en forma incompetente, sino delictiva”. De ahí que la idea de juicio político esté amargando la retirada de George W.Bush, Richard Cheney, Paulson, etc. Según recuerda la analista “a fines de septiembre, hacienda forzó unilateralmente una drástica reforma tributaria atinente a fusiones y adquisiciones de entidades financieras privadas y paraestatales”.</p>
<p> Recién más tarde, varios legisladores de ambos partidos “descubrieron que el truco restará al fisco ingresos por US$ 140.000 millones. Consultados desde el Capitolio, una decena de letrados expertos en impuestos coincidieron: Paulson había usurpado facultades tributarias ajenas”. Al mismo tiempo, un acuerdo de dudosa licitud entre el tesoro y muchos bancos impidió su quiebra”. A juicio de Barry Frank, cerebro de ese pacto, “todo uso de fondos ajenos al previsto, por ejemplo para remunerar ejecutivos, repartir dividendos o tomar entidades será ilegal”, No obstante, ése ha sido el destino de ese dinero.</p>
<p> En tercer lugar, aparecen casi dos billones otorgados por la Reserva Federal en prestamos de emergencia para impedir bancarrotas que, tal vez, acaben siendo inevitables. Bernanke no ha revelado quién se beneficiaron con esos créditos. Este secreto transgrede las leyes, por lo cual la agencia especializada Bloomberg ha exigido la divulgación íntegra de los datos. Pero, extrañamente, varios legisladores demócratas se abroquelan en torno de Bush, Paulson y Bernanke. De paso, crean un contexto muy difícil para las reformas sociales que pretende Obama y puede obligarlo a actitudes rupturistas. Tal vez el detonante sea la estafa de US$ 50.000 millones cometida por el clan Madoff, mientras la SEC, hacienda y la RF miraban para otra parte.</p>
Durante la transición, el mercado intenta prolongar la era Paulson-Bernanke
A primera vista, la mala situación de los bancos norteamericanos juega en favor de Barack Obama y su proyecto. Pero ¿le permitirán Timothy Geithner y Paul Volcker abandonar la ortodoxia? ¿o el presidente se impondrá aunque rueden cabezas?