<p>Mientras vacila la reciente reacción en Wall Street y los estados bancarios del primer trimestre dejan dudas, cabe ver hasta dónde la crisis sistémica occidental va camino de ceder. “¿Volveremos a una banca redituable, capaz de ofrecer a la economía norteamericana el crédito necesario para crecer otra vez?”. <br />
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A juicio de la consultora empresarial, “probablemente estemos superando el colapso de entidades financieras, gracias a la estatización parcial y otras tácticas de sobrevivencia. Pero cualquier solución final seguirá un tiempo lejos en el horizonte”. ¿Por qué? Porque “lo que muchos definen como una crisis sistémica representa dos, muy ligadas pero distintas en ritmo, duración y exigencias sobre los bancos mismos”.<br />
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Eso sí: se inscriben en un único, duro marco de disciplina operativa y regulatoria. Primera crisis se centra en los mercados para títulos de renta fija e, inicialmente, estalló en el mercado de malas hipotecas (lo de “subprime” es un típico eufemismo del oficio). Dado que el valor en libros que intermediarios e inversoras usan para asociar activos a expectativas, el segmentos empezó a sufrir grandes quebrantos relativos a paquetes tóxicos, aun antes de los consiguientes ceses de pagos”.<br />
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“Esa crisis de créditos –supone Bryan- comenzó a mediados de 2007 y alcanzó el pico en 2008, con las caídas de Bear Stearns, Lehman Brothers, Merrill Lynch, Morgan Stanley y Goldman Sachs”. Las tres primeras desaparecieron o fueron enajenadas, las dos últimas mutaron en bancos comerciales. El proceso les produjo enormes pérdidas a entidades como American International Group –todavía en litigios judiciales-, Fannie Mae, Freddie Mac, Wachovia, Washington Mutual o Countrywide Financial.<br />
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Esta parte de la historia parece ir terminando, merced a la intervención estatal. “La otra crisis hace a la banca comercial. Si bien deriva también de malas hipotecas residenciales, abarca una gama de préstamos más amplia: hipotecas comerciales, tarjetas de crédito, financiamiento automotor, créditos apalancados y otras víctimas de la recesión despuntada en diciembre de 2007. El grueso de estas transacciones se contabiliza a valor final y no reconoce pérdidas hasta declararse el cese de pagos. Esta crisis se halla en sus primeras fases y puede tomar dos o más años para resolverse”.</p>
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Dos sistemas contables y dos tipos de crisis en EE.UU.
Se conocen como valor en libros y valor al vencimiento. Uno va extinguiéndose, el otro recién remonta, señala Lowell Bryan, de McKinsey Nueva York. Las pruebas ácidas o de resistencia (stress tests) marcan la divisoria.