Ahora, similar temperamento se ha planteado en el comité senatorial paralelo.
El panel enmendó el presupuesto de defensa (US$ 383.000 millones) para el ejercicio fiscal 2003, que empieza en octubre próximo. El retoque, que prohíbe cancelar un programa de US$ 11.000 millones o siquiera modificarlo, fue aprobado por 57 votos a uno. Esto ocurrió luego de que el secretario de Ejército, Thomas White, advirtió a varios legisladores que el Pentágono planeaba suspender el Crusader.
Este discutido misil equivale a 16% de las ventas de UDI, controlada por Carlyle Group, muy vinculada a la familia Bush y, otrora, a los bin Laden. Por su parte, funcionarios militares temen que EE.UU. no pueda solventar todo el armamento hoy en desarrollo y, al mismo tiempo, comprar nuevas tecnologías –por ejemplo, vuelos sin pilotos- capaces de transformar la guerra.
Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, pidió un plan –para fin de mayo- que liquide el Crusader y proponga opciones. Por ejemplo, el ya existente Excalibur de Raytheon Co., guiado por satélite y más barato. Sea como fuere, el presupuesto de Defensa todavía debe ser aprobado en el piso de ambas cámaras y, luego, el presidente puede vetarlo. La moción en aras del obús fue redactada por J.C.Watts (republicano, Oklahoma), que representa el distrito donde se construirá el Crusader y funciona la escuela militar de artillería (Fort Stil). En una acción concertada, James Inhofe –senador republicano por Oklahoma- acaba de presentar similar enmienda al comité equivalente en la cámara alta.
Carlyle compró UDI en 1997 y la rediseñó como contratista de defensa. El CEO del grupo es Frank Carlucci (secretario de Defensa bajo Ronald Reagan) y sus asesores rentados –cabilderos- incluyen al ex presidente George H. W. Bush, al ex secretario de Estado James Baker y al ex primer ministro británico John Major.
Ahora, similar temperamento se ha planteado en el comité senatorial paralelo.
El panel enmendó el presupuesto de defensa (US$ 383.000 millones) para el ejercicio fiscal 2003, que empieza en octubre próximo. El retoque, que prohíbe cancelar un programa de US$ 11.000 millones o siquiera modificarlo, fue aprobado por 57 votos a uno. Esto ocurrió luego de que el secretario de Ejército, Thomas White, advirtió a varios legisladores que el Pentágono planeaba suspender el Crusader.
Este discutido misil equivale a 16% de las ventas de UDI, controlada por Carlyle Group, muy vinculada a la familia Bush y, otrora, a los bin Laden. Por su parte, funcionarios militares temen que EE.UU. no pueda solventar todo el armamento hoy en desarrollo y, al mismo tiempo, comprar nuevas tecnologías –por ejemplo, vuelos sin pilotos- capaces de transformar la guerra.
Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, pidió un plan –para fin de mayo- que liquide el Crusader y proponga opciones. Por ejemplo, el ya existente Excalibur de Raytheon Co., guiado por satélite y más barato. Sea como fuere, el presupuesto de Defensa todavía debe ser aprobado en el piso de ambas cámaras y, luego, el presidente puede vetarlo. La moción en aras del obús fue redactada por J.C.Watts (republicano, Oklahoma), que representa el distrito donde se construirá el Crusader y funciona la escuela militar de artillería (Fort Stil). En una acción concertada, James Inhofe –senador republicano por Oklahoma- acaba de presentar similar enmienda al comité equivalente en la cámara alta.
Carlyle compró UDI en 1997 y la rediseñó como contratista de defensa. El CEO del grupo es Frank Carlucci (secretario de Defensa bajo Ronald Reagan) y sus asesores rentados –cabilderos- incluyen al ex presidente George H. W. Bush, al ex secretario de Estado James Baker y al ex primer ministro británico John Major.