<p>La medida, relacionada con la reforma financiera en debate, incluye una “cláusula antirrescate” en un esquema regulador de derivados presentado este viernes. Su objeto es que los bancos universales no pongan en peligro el dinero de los depositantes, jugándolo en especulaciones sobre el mostrador.<br />
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El proyecto es ya objeto de ataques y presiones de entidades que dominan un segmento muy volátil, que involucra US$ 605 billones en aire caliente. Por ejemplo, a JPMCh “esas restricciones le costarían entre US$ 700.000 millones y un billón”, admite James Dimon, director ejecutivo del segundo banco estadounidense.<br />
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“Curiosamente, la cifra menor equivale a todo el programa pro alivio de activos tóxicos (TARP), ideado en septiembre de 2008 por Henry Paulson, hombre de Goldman Sachs entonces secretario del Tesoro”. Esto observa Darrell Duffie, profesor de finanzas en la universidad de Stanford, California. “Ya me imagino docenas de cabilderos operando sobre los legisladores de gobierno para frenar una propuesta compartida por Barack Obama”.<br />
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En efecto, cuatro de los cinco máximos apostadores a derivados son bancos comerciales y el quinto es Goldman Sachs, en realidad una banca de inversión. En 2009, el grupo ganó US$ 28.000 millones, señala un informe de la Reserva Federal, que excluye operaciones supranacionales.<br />
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La iniciativa de Lincoln impedirá a quienes especulan con pases y coberturas “aprovechar descuentos de la RF y liquidez de emergencia vía la agencia federal para seguros sobre depósitos (FDIC en inglés)”. Así subraya Karen Petrou, de la consultoría Federal Financial Analytics.<br />
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Justamente, días atrás el presidente se reunía con líderes parlamentarios del oficialismo para acelerar el paquete reformador en debate desde junio. “Debemos incluir –sostuvo- la estricta vigilancia sobre derivativos, un segmento cuyo volumen poco tiene que ver con la economía real y mucho con operadores codiciosos. Se trata de actividades en la sombra y de enorme riesgo”. <br />
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Derivados: serían excluidos de toda la banca comercial
JPMorgan Chase, Goldman Sachs y sus mayores rivales podrían ser obligados a separar entre negocios derivativos y transacciones de banca comercial. Así lo determina una reforma adicional propuesta por la senadora demócrata (Arkansas) Blanche Lincoln.