<p>La mayor banca privada hélveta se niega desde 2007 a levantar el secreto sobre fortunas norteamericanas sustraídas al escrutinio del fisco originario. Por supuesto, nadie cree que todas esas cuentas oculten evasión tributaria, pero –en realidad- lo que se discute es la licitud de un sistema bancario apoyado, desde 1713, en el anonimato.<br />
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La mañana del domingo, en forma inesperada, se pidió al juez federal de Miami, Alan Gold (conocido por su papel en el caso Exxon Valdés), reenviar el expediente a Washington hasta el 3 de agosto “para permitir un eventual arreglo”. Sospechoso planteo, pues el juicio se iniciaba este mismo martes.<br />
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Algunos se huelen un golpe de escena en favor de UBS, otras bancas “<em>off shore</em>” y las propias bolsas. Por otra parte, también se arriesga un fracaso del acuerdo entre ambos gobiernos, más desastroso que el dictamen judicial. Entretanto, todos aguardaban el veredicto de Gold. Los precedentes favorecen la remisión de la causa a los fiscales por un lapso determinado (tres semanas).<br />
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La semana anterior, Suiza salió en tren de guerra y anunció que prohibiría a UBS transgredir el secreto financiero, aun si el IRS aceptase conformarse con unos cientos de nombres. Pero esto contradiría a Berna y su promesa ante el grupo de los 20 (abril, Londres) de limitar el secreto. Las cosas no acaban ahí: tras la amenaza hélveta, el juez Gold ordenó al ministerio público fiscal aprontarse a confiscar los bienes de UBS en suelo norteamericano.<br />
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Éstas son palabras mayores. UBS tiene 380 sucursales y agencias donde trabajan 34.000 personas. Naturalmente, Wall Street salió a defender a los suizos con un argumento poco plausible: si se los pune, se agravará la crisis sistémica. Pero Washington tiene una réplica de fierro: casi US$ 100.000 millones en recaudación se esfuman vía paraísos fiscales. Suiza es el mayor. Resulta sintomático que medios británicos, viejos enemigos de Zürich, salgan hoy a defenderlos pero, claro, alrededor de Londres orbitan tres o cuatro paraísos insulares.</p>
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Cuentas anónimas y un último intento de arreglo
A pocas horas de abrirse la causa contra Union de Banques Suisses en Estados Unidos, Washington y Berna en pie de guerra- buscan salir del brete. Son 52.000 plazos fijos numerados que el servicio de impuestos internos (IRS) reclama conocer.