lunes, 2 de diciembre de 2024

Crudos: rozan US$ 50,47 y cierran a 49,93, en clima volátil (28-9)

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El barril de crudo tejano occidental marcó US$ 50,47 en el precierre y concluía en 49,93. Por tercer día, se trata de nuevos récords nominales. Pero las acciones petroleras benefician a Wall Street, pese a un indicador negativo.

Como el viernes y el lunes, los mercados reflejaban el martes temores por ataques guerrilleros en Nigeria, deterioro en Levante, los apuros de Yukos y los problemas de abastecimiento en Estados Unidos. El WTO acumula ya 56% de alza en el año, pero sigue distante del récord de 1981 a dólares constantes (hoy sería US$ 113).

A dos días de abrirse los futuros sobre noviembre, el precio final (US$ 49,95) implica 2,19% en la semana. En términos nominales, no registra precedentes desde que existe esa plaza, creada hace 21 años. En Londres, el Brent nórdico avanza 1,98 desde el viernes, a US$ 46,23 el barril.

“Prevemos hasta US$ 62 antes de que se produzcan cambios significativos en la situación”, señalaba Morgan Stanley a sus clientes. Las inquietudes acerca de Nigeria –quinto productor de la OPEP- se combinan, además, con las dudas sobre exportaciones rusas (crisis Yukos), iraquíes y, ahora, saudíes.

Todo eso “genera aprensiones y confirma que nos movemos sobre el filo de la navaja en la relación oferta-demanda”, sostiene un análisis del Australia & Zealand Bank. “Los riesgos están añadiendo hasta cinco dólares por barril, un plus alarmante”. Curiosamente, la oferta petrolera viene subiendo fuerte este año, pero la producción está a casi 100% de capacidad y la demanda crece como no lo había hecho en 24 años.

“Cincuenta dólares empiezan a parecer un precio razonable, no ya un máximo crítico. El mercado afronta perspectivas de año sin flexibilidad suficiente ni aptitud para afrontar cimbronazo geopolíticos”, subraya Barclay’s Bank, apelando a un eufemismo por no decir guerras o terrorismo. No obstante, es factible que de miércoles a viernes cedan los máximos.

La economía norteamericana tampoco ayuda y preocupa a la campaña republicana. En forma sorpresiva, el índice de confianza entre consumidores –una medición de expectativas, no de hechos- baja en septiembre por segundo mes consecutivo. Compilado por una entidad empresaria, la Conference Board, cede de 98,7 puntos en agosto a 96,8 (-1,93%).

Las razones del retroceso son el encarecimiento de los combustibles y las escasas perspectivas en materia de empleo. “Si el público no recobra fe, la economía puede perder impulso, aunque ya sea tarde para perjudicar a George W.Bush”, opinaba un analista de Nomura Securities New York.

Entretanto, los principales índices en Wall Steet rebotaban hacia arriba, tonificados por algo en el fondo negativo: el auge de acciones petroleras, producto a su vez en el desmadre de los precios internacionales. Así, avanzaban en forma algo desmedida: 0,62% (Nasdaq compuesto), 0,70% (Standard & Poor’s 500) y 1,06% (Dow Jones industrial). Pero el euro siguió repuntando y marcaba US$ 2,232.

Como el viernes y el lunes, los mercados reflejaban el martes temores por ataques guerrilleros en Nigeria, deterioro en Levante, los apuros de Yukos y los problemas de abastecimiento en Estados Unidos. El WTO acumula ya 56% de alza en el año, pero sigue distante del récord de 1981 a dólares constantes (hoy sería US$ 113).

A dos días de abrirse los futuros sobre noviembre, el precio final (US$ 49,95) implica 2,19% en la semana. En términos nominales, no registra precedentes desde que existe esa plaza, creada hace 21 años. En Londres, el Brent nórdico avanza 1,98 desde el viernes, a US$ 46,23 el barril.

“Prevemos hasta US$ 62 antes de que se produzcan cambios significativos en la situación”, señalaba Morgan Stanley a sus clientes. Las inquietudes acerca de Nigeria –quinto productor de la OPEP- se combinan, además, con las dudas sobre exportaciones rusas (crisis Yukos), iraquíes y, ahora, saudíes.

Todo eso “genera aprensiones y confirma que nos movemos sobre el filo de la navaja en la relación oferta-demanda”, sostiene un análisis del Australia & Zealand Bank. “Los riesgos están añadiendo hasta cinco dólares por barril, un plus alarmante”. Curiosamente, la oferta petrolera viene subiendo fuerte este año, pero la producción está a casi 100% de capacidad y la demanda crece como no lo había hecho en 24 años.

“Cincuenta dólares empiezan a parecer un precio razonable, no ya un máximo crítico. El mercado afronta perspectivas de año sin flexibilidad suficiente ni aptitud para afrontar cimbronazo geopolíticos”, subraya Barclay’s Bank, apelando a un eufemismo por no decir guerras o terrorismo. No obstante, es factible que de miércoles a viernes cedan los máximos.

La economía norteamericana tampoco ayuda y preocupa a la campaña republicana. En forma sorpresiva, el índice de confianza entre consumidores –una medición de expectativas, no de hechos- baja en septiembre por segundo mes consecutivo. Compilado por una entidad empresaria, la Conference Board, cede de 98,7 puntos en agosto a 96,8 (-1,93%).

Las razones del retroceso son el encarecimiento de los combustibles y las escasas perspectivas en materia de empleo. “Si el público no recobra fe, la economía puede perder impulso, aunque ya sea tarde para perjudicar a George W.Bush”, opinaba un analista de Nomura Securities New York.

Entretanto, los principales índices en Wall Steet rebotaban hacia arriba, tonificados por algo en el fondo negativo: el auge de acciones petroleras, producto a su vez en el desmadre de los precios internacionales. Así, avanzaban en forma algo desmedida: 0,62% (Nasdaq compuesto), 0,70% (Standard & Poor’s 500) y 1,06% (Dow Jones industrial). Pero el euro siguió repuntando y marcaba US$ 2,232.

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