Mientras tanto, en Wall Street la doble crisis (malas hipotecas, iliquidez) remite al pánico en octubre de 1988, pese a los esfuerzos de las grandes firmas intermediarias para diluir caídas en cada cierre. El sábado, la Fdic intervino por noventa días IndyMac, cuyo rescate podría costarle unos US$ 8.000 millones.<br />
<br />
El derrumbe de esta entidad recuerda un caso ya clásico, Continental Illinois en 1984. En marzo, IndyMac tenía aún activos por US$ 32.000 millones Ahora, la Fdic debe ver cómo devolver depósitos, cobrar acreencias hipotecarias, pagar al personal suspendido y vender lo que reste.<br />
<br />
Este desastre era cualquier cosa menos inesperado. La banca había estado años prestando a deudores de escasa o nula solvencia. El 26 de junio, el senador demócrata Charles Schumer desató una fenomenal corrida advirtiendo que “el rey estaba desnudo”. No obstante, hace una semana Michael Perry, hoy ex presidente ejecutivo, aseguraba que salvaría el banco.<br />
<br />
“Lo de IndyMac es apenas la punta del témpano”, sostiene Christopher Whalen, de la consultora Risk Analytics. “Habrá más caídas, porque falta liquidez en todo el sistema financiero”. A su vez, la Fdic tiene apenas US$ 52.000 millones en caja, por lo cual los inversores en la firma fallida recobrarán no más de US$ 100.000 cada uno y, en el mejor de los casos, la mita del resto.<br />
<br />
Esta bancarrota surge justamente mientras la Reserva Federal, la secretaría de hacienda y el congreso no saben qué hacer con Fannie Mae y Freddie Mac, las dos compañías hipotecarias paraestatales que tienen un agujero de US$ 75.000 millones. Como señala Schumer, “ya no sabemos cuál será el peor legado de George W.Bush: esta crisis o las guerras interminables en Irak y Afganistán”.
Crisis hipotecaria: IndyMac, apenas la punta del témpano
La acción del mayor banco hipotecario de California se ha licuado 99,4%, o sea de US$ 50 en 2006 a 28 centavos el viernes. Ese día, quedó en manos de la corporación federal de seguro de depósitos (Fdic en inglés).