La suba en el precio de los granos genera un escenario optimista para la campaña 2000/2001. Los empresarios rurales ya comienzan a planificar siembras con estimaciones de áreas de hasta 10% por encima del año pasado. También se calcula un incremento de 20% en el precio de los arrendamientos.
Los bancos privados creen que la demanda crecerá, y algunos de ellos volcarán parte de su liquidez hacia el sector agropecuario. Hernán Cavallero, miembro del departamento agropecuario del Banco Río, estimó que para el mes de junio se esperan los primeros contactos que cubrirían la campaña de trigo. Señaló que volcarán más dinero para el sector y que “si se aclara el panorama de precios, se activan los planes de inversión”.
Las compras de maquinaria , tales como tractores y cosechadoras, registraron durante marzo y abril, interesantes aumentos en relación al mismo período de 1999.
La soja argentina, en plena cosecha, ya acumula un suba cercana a 15% y se estima una fuerte apuesta a las siembras en tierras que permiten el doble cultivo trigo-soja. La cotización del trigo ganó hasta 6% la semana pasada. En cuanto a la soja se prevé que reemplazará, en muchas regiones, al girasol que, durante este año, atraviesa una crisis de precios.
Mientras tanto, representantes del sector agrario se reunirán el martes con el ministro de Economía y el secretario de Agricultura, para encontrar una salida a la crisis del sector. Los productores exigen la refinanciación de pasivos, la rebaja en el precio de los combustibles y la implementación de un fondo fiduciario que otorgue créditos a agropecuarios PyMEs.
Después de la reunión, y de acuerdo a sus resultados, las entidades del agro evaluarán la posibilidad de llamar a un paro del sector.
Por su parte, el Banco Nación anunció que extenderá el plazo para que los productores agropecuarios puedan adherir a la refinanciación de pasivos lanzada en febrero último, a la que ya se habrían adherido alrededor de 9.000 agricultores. El plan de financiación está destinado a clientes con deudas que no superen los $500.000.
La suba en el precio de los granos genera un escenario optimista para la campaña 2000/2001. Los empresarios rurales ya comienzan a planificar siembras con estimaciones de áreas de hasta 10% por encima del año pasado. También se calcula un incremento de 20% en el precio de los arrendamientos.
Los bancos privados creen que la demanda crecerá, y algunos de ellos volcarán parte de su liquidez hacia el sector agropecuario. Hernán Cavallero, miembro del departamento agropecuario del Banco Río, estimó que para el mes de junio se esperan los primeros contactos que cubrirían la campaña de trigo. Señaló que volcarán más dinero para el sector y que “si se aclara el panorama de precios, se activan los planes de inversión”.
Las compras de maquinaria , tales como tractores y cosechadoras, registraron durante marzo y abril, interesantes aumentos en relación al mismo período de 1999.
La soja argentina, en plena cosecha, ya acumula un suba cercana a 15% y se estima una fuerte apuesta a las siembras en tierras que permiten el doble cultivo trigo-soja. La cotización del trigo ganó hasta 6% la semana pasada. En cuanto a la soja se prevé que reemplazará, en muchas regiones, al girasol que, durante este año, atraviesa una crisis de precios.
Mientras tanto, representantes del sector agrario se reunirán el martes con el ministro de Economía y el secretario de Agricultura, para encontrar una salida a la crisis del sector. Los productores exigen la refinanciación de pasivos, la rebaja en el precio de los combustibles y la implementación de un fondo fiduciario que otorgue créditos a agropecuarios PyMEs.
Después de la reunión, y de acuerdo a sus resultados, las entidades del agro evaluarán la posibilidad de llamar a un paro del sector.
Por su parte, el Banco Nación anunció que extenderá el plazo para que los productores agropecuarios puedan adherir a la refinanciación de pasivos lanzada en febrero último, a la que ya se habrían adherido alrededor de 9.000 agricultores. El plan de financiación está destinado a clientes con deudas que no superen los $500.000.