Un agujero de ese tenor, ríos de dinero ocultos en paraísos fiscales (Suiza, el Caribe, etc.) y operaciones con valores vía sociedades ficticias en 2002/6 culminan en un escándalo político y judicial sin desenlace a la vista. “Sufre de claustrofobia y crisis de pánico”, sostiene Fabio Lattanzi, abogado de Coppola. Nadie le cree.
La múltiple causa ha llevado ya al secuestro de participaciones accionarias por € 70 millones en firmas controladas por el especulador inmobiliario caído en desgracia. Uno de sus viejos amigos y clientes inmobiliarios, Silvio Berlusconi, ya no le contesta los llamados.
Entre los cómplices presos aparecen Stefano Ricucci y Giampiero Fiorani, cuyas declaraciones involucran a Fazio, operador vaticano que debió abandonar Banca d’Italia (central) por sus interferencias para bloquear compras de entidades locales por parte de grupos extranjeros. En los últimos tiempos, Fazio colaboraba con el cardenal Camillo Ruini -ahora ex amo de la conferencia episcopal- en una venenosa campaña contra la legalización de uniones de hecho.
La alcancía manejada por Coppola y sus amigos contiene títulos de Mediobanca, Banca Intermobiliare, Fiat, Editori per la finanza (publica “Finanza e mercati”), Inmobiliare Valadier y hasta un hotel romano, el Cicerone. Los otros a la sombra son Luca Necchi, Franceso Bellocchi, Alfonso Ciccaione, Giancarlo Tumino y Gaetano Bolognese. Prófugos siguen Andrea Raccia, Ernesto Cannone, Samuele Caraccioli, Fabrizio Spiriti, su secretaria y amante, Silvia DeFraia.
Un agujero de ese tenor, ríos de dinero ocultos en paraísos fiscales (Suiza, el Caribe, etc.) y operaciones con valores vía sociedades ficticias en 2002/6 culminan en un escándalo político y judicial sin desenlace a la vista. “Sufre de claustrofobia y crisis de pánico”, sostiene Fabio Lattanzi, abogado de Coppola. Nadie le cree.
La múltiple causa ha llevado ya al secuestro de participaciones accionarias por € 70 millones en firmas controladas por el especulador inmobiliario caído en desgracia. Uno de sus viejos amigos y clientes inmobiliarios, Silvio Berlusconi, ya no le contesta los llamados.
Entre los cómplices presos aparecen Stefano Ricucci y Giampiero Fiorani, cuyas declaraciones involucran a Fazio, operador vaticano que debió abandonar Banca d’Italia (central) por sus interferencias para bloquear compras de entidades locales por parte de grupos extranjeros. En los últimos tiempos, Fazio colaboraba con el cardenal Camillo Ruini -ahora ex amo de la conferencia episcopal- en una venenosa campaña contra la legalización de uniones de hecho.
La alcancía manejada por Coppola y sus amigos contiene títulos de Mediobanca, Banca Intermobiliare, Fiat, Editori per la finanza (publica “Finanza e mercati”), Inmobiliare Valadier y hasta un hotel romano, el Cicerone. Los otros a la sombra son Luca Necchi, Franceso Bellocchi, Alfonso Ciccaione, Giancarlo Tumino y Gaetano Bolognese. Prófugos siguen Andrea Raccia, Ernesto Cannone, Samuele Caraccioli, Fabrizio Spiriti, su secretaria y amante, Silvia DeFraia.