viernes, 13 de diciembre de 2024

Cómo ganar millones ocultando datos a los inversores

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A fin de 2006, Standard & Poor´s asignaba a Lehman Brothers A+ “por sólida gestión”. LB otorgó un plus de US$ 40.500.000 al director ejecutivo, Richard Fuld. Hoy, la firma es más riesgosa que Colombia, pero Fuld no ha devuelto ese regalo.

Como se sabe, Colombia es un país balcanizado que viene perdiendo una guerra de cuarenta o cincuenta años con todo tipo de insurgentes, el narcotráfico y la corrupción sistémica. En los registros de S&P, Bogotá se define como BBB- y Ba2 en los de Moody’s. Chatarra pura. Ahora, la doble crisis (malas hipotecas, iliquidez financiera) eleva los costos crediticios en Wall Street y las primas –sobre letras de tesorería- que deben pagar quienes emiten o recolocan bonos privados. Vale decir, las firmas de valores.

En otras palabras, la bolsa neoyorquina no saca ventajas del mayor auge de títulos vivido en cinco años. Por ejemplo Lehman Brothers o Bear Stearns afrontan costos de endeudamiento superiores a los de junio. Aun tras la caída trimestral más abrupta sufrida por los bonos federales desde 2002, que arrastró a gigantes como Procter & Gamble o American Telephone & Telegraph. Hoy los inversores son tan renuentes a tomar papeles de Bear Stearns –verbigracia- que sus bonos a diez años valen menos que los de Colombia y muchos otros países subdesarrollados.

Eso explica la gresca de agosto entre firmas de valores y bancas de inversión, empeñadas en descalificarse unas o otras. También pone sobre el tapete un viejo hábito de Washington: ubicar en la secretaria de hacienda y otras posiciones a operadores de Wall Street.

Así, Goldman Sachs –cuna de Henry Paulson- “vale” igual que una fabricante de equipos pesados en problemas y no es más segura que una mala hipoteca. Esto es una pesadilla, inconcebible hace algunas semanas, para directivos ejecutivos que dependen de financiamientos baratos para compras apalancadas –útiles sólo para que sus promotores se hagan ricos-, especulaciones con bienes raíces y otros activos, en pos de enormes utilidades y bonificaciones como la de Fuld (que sigue el Lehman Brothers). En suma, hacer dinero ocultando datos a los inversores.

Apenas meses atrás, habría sido una locura parangonar LB con Colombia. Hoy, la insolvencia y las moras relativas a hipotecas usurarias –las peores en cinco años- se contagian a otros segmentos. Esto congela, paraliza o suspende las operaciones más espectaculares de Wall Street, entre ellas Chrysler-Cerberus. La colocación de títulos de mala calidad en paquetes (acreencias pendientes, obligaciones de deuda colateralizadas, etc.) se ha desmoronado de US$ 93.000 millones en septiembre de 2006 a 30.000 millones en agosto último.

Mientras cede la demanda de hipotecas, Lehman Brothers –máximo subscriptor de bonos con garantía inmobiliaria- pierde posiciones. La firma planea despedir más de dos mil personas (pero no a Fuld) en Estados Unidos, Gran Bretaña y Surcorea. Countrywide Financial Corporation, el mayor prestamista hipotecario privado del país, eliminará hasta 12.000 empleos de ahora a noviembre. Las cinco principales firmas de valores norteamericanas –Goldman Sachs, Morgan Stanley, Merrill Lynch, Lehman Brothers, Bear Stearns- deben cubrir a pérdida compromisos por US$ 75.000 millones relativos a compras apalancadas: los inversores individuales e institucionales ya no compra ese tipo de deuda y sus motores (los fondos de capital extrabursátil) están al borde de capotar.

Como se sabe, Colombia es un país balcanizado que viene perdiendo una guerra de cuarenta o cincuenta años con todo tipo de insurgentes, el narcotráfico y la corrupción sistémica. En los registros de S&P, Bogotá se define como BBB- y Ba2 en los de Moody’s. Chatarra pura. Ahora, la doble crisis (malas hipotecas, iliquidez financiera) eleva los costos crediticios en Wall Street y las primas –sobre letras de tesorería- que deben pagar quienes emiten o recolocan bonos privados. Vale decir, las firmas de valores.

En otras palabras, la bolsa neoyorquina no saca ventajas del mayor auge de títulos vivido en cinco años. Por ejemplo Lehman Brothers o Bear Stearns afrontan costos de endeudamiento superiores a los de junio. Aun tras la caída trimestral más abrupta sufrida por los bonos federales desde 2002, que arrastró a gigantes como Procter & Gamble o American Telephone & Telegraph. Hoy los inversores son tan renuentes a tomar papeles de Bear Stearns –verbigracia- que sus bonos a diez años valen menos que los de Colombia y muchos otros países subdesarrollados.

Eso explica la gresca de agosto entre firmas de valores y bancas de inversión, empeñadas en descalificarse unas o otras. También pone sobre el tapete un viejo hábito de Washington: ubicar en la secretaria de hacienda y otras posiciones a operadores de Wall Street.

Así, Goldman Sachs –cuna de Henry Paulson- “vale” igual que una fabricante de equipos pesados en problemas y no es más segura que una mala hipoteca. Esto es una pesadilla, inconcebible hace algunas semanas, para directivos ejecutivos que dependen de financiamientos baratos para compras apalancadas –útiles sólo para que sus promotores se hagan ricos-, especulaciones con bienes raíces y otros activos, en pos de enormes utilidades y bonificaciones como la de Fuld (que sigue el Lehman Brothers). En suma, hacer dinero ocultando datos a los inversores.

Apenas meses atrás, habría sido una locura parangonar LB con Colombia. Hoy, la insolvencia y las moras relativas a hipotecas usurarias –las peores en cinco años- se contagian a otros segmentos. Esto congela, paraliza o suspende las operaciones más espectaculares de Wall Street, entre ellas Chrysler-Cerberus. La colocación de títulos de mala calidad en paquetes (acreencias pendientes, obligaciones de deuda colateralizadas, etc.) se ha desmoronado de US$ 93.000 millones en septiembre de 2006 a 30.000 millones en agosto último.

Mientras cede la demanda de hipotecas, Lehman Brothers –máximo subscriptor de bonos con garantía inmobiliaria- pierde posiciones. La firma planea despedir más de dos mil personas (pero no a Fuld) en Estados Unidos, Gran Bretaña y Surcorea. Countrywide Financial Corporation, el mayor prestamista hipotecario privado del país, eliminará hasta 12.000 empleos de ahora a noviembre. Las cinco principales firmas de valores norteamericanas –Goldman Sachs, Morgan Stanley, Merrill Lynch, Lehman Brothers, Bear Stearns- deben cubrir a pérdida compromisos por US$ 75.000 millones relativos a compras apalancadas: los inversores individuales e institucionales ya no compra ese tipo de deuda y sus motores (los fondos de capital extrabursátil) están al borde de capotar.

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