<p>Ferguson analiza el testimonio de Lawrence McDonald sobre la caída de Lehman Brothers, hace un año. “A Fuld –señala- se le ocurrió enemistarse con Henry Paulson”, hombre de Goldman Sachs en ese momento secretario del Tesoro. A su vez, Alan Blinder (ex vicepresidente de la Reserva Federal) y Christine Lagarde (ministra francesa de finanzas) calificaron de “error garrafal” haber dejado caer LB y BS.<br />
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“Cuando un hecho coincide con la peor recesión desde los años 30, fatalmente los expertos tratan de imaginar qué habría sucedido si Lehman hubiese sido salvada”, puntualiza Ferguson. “Cuando sugerí precisamente eso en enero, durante el desinflado foro de Davos, casi no encontré quien me apoyara”. A juicio del analista, “rescatar la firma en octubre de 2008 habría atenuado el amplio triunfo de Barack Obama en la interna demócrata y, quizás, impedido la apabullante derrota de los republicanos en los comicios”.<br />
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Yendo quizá muy lejos, el escocés imagina a John McCain en lugar de Obama. Pero su hipótesis deja de lado el derrumbe de malas hipotecas en 2006/7, vislumbrado por el actual presidente mucho antes de la puja con Hillary Rodham Clinton.<br />
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En un contexto imaginario, admite Ferguson “McCain fue vencido en septiembre de 2008 por la crisis sistémica, no por su ignorancia en materia económica. Por eso, Estados Unidos padece hoy un paquete de estímulos keynesianos o intentos de reforma financiera y del seguro social, especie de obamacare de inspiración socialista”. Es, claro, la tesis de los ultraconservadores, para quienes si McCain hubiera vencido, la oposición iraní gozaría de apoyo norteamericano y Mahmud Ahmadinedyad ya no estaría en Teherán”. <br />
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Pero “el rescate de Lehman Brothers y Bear Stearns no habría redundado en el mejor de los mundos. Al contrario, habría tenido consecuencias peores que su caída. En el fondo, Paulson les hizo un favor a los banqueros supérstites revelando los riesgos de evitar ambas quiebras y lanzando el programa pro alivio de activos tóxicos (TARP, US$ 700.000 millones)”.<br />
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Si Paulson y Benjamin Bernanke apuntalaban ambas firmas de valores, cree Ferguson, “el Congreso habría reaccionado con ira. Eso habría condenado a Citigroup, American International Group, Merrill Lynch y otros. Contra lo sostenido por ambos funcionarios y el equipo de Timothy Geithner, LB demuestra que ninguna banca es tan grande como para no dejarla caer”. <br />
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Como fue que Lehman Brothers se vino abajo
Nadie llora por LB ni por Bear Stearns, cuyos derrumbes tal vez hayan salvado a otros señala el analista escocés Niall Ferguson. Su director ejecutivo, Robert Fuld, debió haber escuchado a quienes le advertían sobre un desastre inminente.