En realidad, durante la semana el dólar fue descendiendo de ¥ 118 a 114,50. Mientras, el euro avanzaba de US$ 1,263 a 1,275. Para los operadores, era más importante inflar los paneles (1,3 a 1,8%), especulando con que –conociendo las estadísticas de actividad económica en el segundo trimestre- la Reserva Federal suspensa la serie de ajustes periódicos, que acumuló diecisiete y llevó el tipo referencial de 1 a 5,25% anual. Pero el emisor ya esperaba estos números y no ha dado señal alguna en favor del mercado.
Algunos analistas se jugaron más de la cuenta. Así, William Mooney (Société Générale) directamente pronostica que, en la próxima reunión, el comité monetario no tocará las tasas. Así interpreta el retroceso del dólar pero, en realidad, lo que ese gurú y otros hicieron fue inflar los indicadores bursátiles.
Volviendo al producto bruto interno, durante el lapso abril-junio creció a razón de sólo 2,5% anual, contra 5,6% en el primer trimestre (una estimación que resultaba sospechosa). Eso sostiene el departamento de Comercio, fuente que viene perdiendo fiabilidad desde que George W.Bush es presidente. Por su parte, los cincuenta gurúes que consulta Bloomberg’s apostaban a 3%.
Un sector todavía más especulativo, el de futuros y opciones, es por demás optimista. La encuesta semanal señala que sólo 28% todavía espera que la tasa vaya a 5,5% (44% en el anterior sondeo, 85% hace un mes). Naturalmente, quienes apuestan a la suspensión pasaron de 56 a 72%.
El público, como era de suponer, está gastando menos en casi todo, debido al alza de combustibles y energía . Pero lo interesante es que, por primera vez en más de tres años, cedió la inversión del sector privado en nuevos equipos. Por otro lado, desde el primer trimestre de 1991 no se conjugaban retrocesos en construcción, bienes durables y ventas empresarias de hardware y software. Simultáneamente, se produjo un aumento de inventarios en la industria.
En realidad, durante la semana el dólar fue descendiendo de ¥ 118 a 114,50. Mientras, el euro avanzaba de US$ 1,263 a 1,275. Para los operadores, era más importante inflar los paneles (1,3 a 1,8%), especulando con que –conociendo las estadísticas de actividad económica en el segundo trimestre- la Reserva Federal suspensa la serie de ajustes periódicos, que acumuló diecisiete y llevó el tipo referencial de 1 a 5,25% anual. Pero el emisor ya esperaba estos números y no ha dado señal alguna en favor del mercado.
Algunos analistas se jugaron más de la cuenta. Así, William Mooney (Société Générale) directamente pronostica que, en la próxima reunión, el comité monetario no tocará las tasas. Así interpreta el retroceso del dólar pero, en realidad, lo que ese gurú y otros hicieron fue inflar los indicadores bursátiles.
Volviendo al producto bruto interno, durante el lapso abril-junio creció a razón de sólo 2,5% anual, contra 5,6% en el primer trimestre (una estimación que resultaba sospechosa). Eso sostiene el departamento de Comercio, fuente que viene perdiendo fiabilidad desde que George W.Bush es presidente. Por su parte, los cincuenta gurúes que consulta Bloomberg’s apostaban a 3%.
Un sector todavía más especulativo, el de futuros y opciones, es por demás optimista. La encuesta semanal señala que sólo 28% todavía espera que la tasa vaya a 5,5% (44% en el anterior sondeo, 85% hace un mes). Naturalmente, quienes apuestan a la suspensión pasaron de 56 a 72%.
El público, como era de suponer, está gastando menos en casi todo, debido al alza de combustibles y energía . Pero lo interesante es que, por primera vez en más de tres años, cedió la inversión del sector privado en nuevos equipos. Por otro lado, desde el primer trimestre de 1991 no se conjugaban retrocesos en construcción, bienes durables y ventas empresarias de hardware y software. Simultáneamente, se produjo un aumento de inventarios en la industria.