Dada la volatilidad del segmento, los mercados bursátiles norteamericanos temen un rápido contagio. Hasta ahora, empero, los riesgos parecen controlados, pero su potencial es sobrecogedor. Las especulaciones con ODC incluyen compras apalancadas –la actual onda internacional-, réditos de bancas inversoras y la crisis inmobiliaria.
Este miércoles, Merrill Lynch pudo colocar apenas US$ 100 millones de 850 millones en ODC subastados tras recobrarlos de Besr Stearns. Mientras, Goldman Sachs, JP Morgan Chase y Bank of Merica cerraban posiciones en ese segmento.
No es frecuente negociar ODC de alta calificación, debido a que los ve seguros en relación con otros títulos de riesgo que ofrecen buenos retornos. Pero estos papeles podrían hacerse difícil de colocar en grandes volúmenes. Hoy, intermediarios, operadores y especuladores temen que una baja generalizada de posiciones en ODC sea tan inevitabke como la subsiguiente ola de ventas.
El problema es cómo depreciar activos al punto donde del mercado quiera comprarlos. Esto tiene hacerse, tarde o temprano, pero nadie quiere perder. En ese contexto, podría darse un peligroso “efecto manada”. Además, faltan datos atinentes a la subasta de Merrill Lynch o a los esfuerzos de Bear Stearns para desprenderse de US$ 2.000 millones en ODC.
Dada la volatilidad del segmento, los mercados bursátiles norteamericanos temen un rápido contagio. Hasta ahora, empero, los riesgos parecen controlados, pero su potencial es sobrecogedor. Las especulaciones con ODC incluyen compras apalancadas –la actual onda internacional-, réditos de bancas inversoras y la crisis inmobiliaria.
Este miércoles, Merrill Lynch pudo colocar apenas US$ 100 millones de 850 millones en ODC subastados tras recobrarlos de Besr Stearns. Mientras, Goldman Sachs, JP Morgan Chase y Bank of Merica cerraban posiciones en ese segmento.
No es frecuente negociar ODC de alta calificación, debido a que los ve seguros en relación con otros títulos de riesgo que ofrecen buenos retornos. Pero estos papeles podrían hacerse difícil de colocar en grandes volúmenes. Hoy, intermediarios, operadores y especuladores temen que una baja generalizada de posiciones en ODC sea tan inevitabke como la subsiguiente ola de ventas.
El problema es cómo depreciar activos al punto donde del mercado quiera comprarlos. Esto tiene hacerse, tarde o temprano, pero nadie quiere perder. En ese contexto, podría darse un peligroso “efecto manada”. Además, faltan datos atinentes a la subasta de Merrill Lynch o a los esfuerzos de Bear Stearns para desprenderse de US$ 2.000 millones en ODC.