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“Trabajando con la Reserva Federal y la agencia de garantía a depósitos (FDIC), el programa lo tendremos en línea desde los primeros días del semestre entrante”, señaló el funcionario. Geithner exponía ante el comité bancario del Senado, una cámara últimamente remisa a pasar con celeridad iniciativas del poder ejecutivo. <br />
Se trata, claro, del programa de inversiones públicas y privadas (P-PIP), eufemismo por US$ 75.000 a 100.000 millones que los contribuyentes “aportarán” para cofinanciar ventas de activos tóxicos por un billón. El plan será conducido por el trío citado, por momento más atento a Wall Street que a los problemas políticos de Barack Obama. <br />
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A criterio de Geithner, “una variedad de rémoras legadas por la crisis constriñe el sistema crediticio norteamericano y reduce la capacidad de las entidades privadas para nuevos préstamos”. <br />
El Tesoro, reveló su titular, dispone de US$ 125.000 millones remanentes del programa pro alivio de activos tóxicos (TARP, 700.000 millones al principio), lanzado por Henry Paulson y Benjamin Bernanke en octubre pasado. Pero este monto incluye 25.000 millones que los bancos han prometido repagar en 2008/9. <br />
Ninguna de ambas cifras es brillante, si se recuerda que la primera ascendía a US$ 135.000 millones en los cálculos iniciales de hacienda. Apretado por algunos senadores, Geithner aclaró que “este gobierno no proyecta solicitar al Congreso fondos adicionales para rescate de banqueros”. <br />
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Asistirán a bancos para el rescate de activos tóxicos
El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, anunció que se planea iniciar en unas seis semanas la asistencia a bancos en aprietos. Tras las pruebas de resistencia, es el paso siguiente para paliar la peor crisis sistémica desde los años 30.