sábado, 14 de diciembre de 2024

Analistas financieros creen que este mes mejoran perspectivas

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Según un indicador de la agencia Bloomberg’s, sube la confianza de los principales mercados especulativos. Varios gurúes reiteran, como en marzo y abril, que lo peor de la crisis crediticia puede haber pasado.

Si bien la estadística reza “professional global”, no cubre todo el mundo sino clientes de Bloomberg’s en las regiones o plazas más prósperas y –detalle desconcertante- abarca el Vaticano. Cabe preguntarse quiénes hacen allá santo uso de un servicio para operar en finanzas, materias primas, etc.

Sea como fuere, el selecto indicador ascendió de 14,5 a 22,7 puntos entre abril y mayo (57%). En general, se detecta menos pesimismo en casi todas las zonas y plazas. El guarismo del mes representa también 73,3% de alza sobre marzo, el mes más bajo en el año. Aun considerando que se trata sólo de operadores y usuarios de servicios informativos especializados, la señal es sugestiva.

Pero, como en otros índices –inclusive los de confianza del público-, para el PGC todo registro bajo cincuenta puntos defines expectativas negativas. En otras palabras, aquel 22,7 continúa lejos de un perfil optimistas. Respecto de la crisis crediticia, el fin de las turbulencias sólo parece menos lejano.

En el plano cambiario, los encuestados por la agencia ya no esperan ulteriores descensos del dólar. Tampoco esto es claro, pues lo que en verdad suponen es que –tras la reciente rebaja a 2% anual de la tasa básica y a 3% el redescuento- la Reserva Federal hará una pausa en los ajustes.

Pero (a) todavía no se difunde la minuta del comité de política monetaria (donde la pausa debiera anunciarse) y (b) el Banco Central europeo y el Banco de Inglaterra han dejado sus tipos referenciales en 4 y 5% anual. Esto teóricamente impedirá que el euro ceda mucho más ante el dólar.

En lo atinente a la crisis de liquidez, hasta ahora las opiniones optimistas no parten de economistas serios, sino de analistas bursátiles o banqueros. Por ejemplo James Dimon, de JP Morgan Chase. Aun ignorando la visión vaticana, al terminar abril bancos, bancas y firmas de valores acumulaban unos US$ 330.000 millones en activos depreciados o liquidados, frusto de malas hipotecas en Estado Unidos. 

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