<p> Entretanto, Goldman Sachs y Morgan Stanleyes quedaban como únicas s sobrevivientes del quinteto integrado por las principales firmas de valores neoyorquinas. Bear Stearns cayó en marzo. Lehman Brothers acaba de desplomarse bajo pasivos por US$ 613.000 millones. A Merrill Lynch la compró de apuro Bank of America por sólo US$ 50.000 millones.</p>
<p> En el caso AIG, el complejo arreglo entre Henry Paulson y Benjamin Bernanke –muchos dudan de que deban seguir en sus cargos- intenta serenar de paso a la justicia u otras instancias reguladoras federales y estaduales y los bancos. Las calificadoras de crédito guardan hoy cauto silencio: después de todo, no supieron advertir que el agujero de LB era diez veces superior a los US$ 60.000 millones supuestos.</p>
<p> El lunes, la acción de AIG (en castellano, sonaría “grupo norteamericano internacional”, casi un chiste) perdió 60,8 % . El martes, cedió 48,1%, o sea acumulaba 79% tras licuar US$ 23.000 en capitalización bursátil. No son buenos tiempos para el negocio: días atrás, Allianz –líder en la Eurozona- debió malvender Dresdner Bank a Commerzbank.</p>
<p> Naturalmente, una serie de catástrofes naturales a ambos lados del Atlántico norte se agregaba al derrumbe de inmobiliarias e intermediarios financieros, castigados por las crisis hipotecarias y de iliquidez en todo Occidente. Inclusive, los mercados relevantes afectados en el resto del mundo (San Pablo, Tokio, Hong Kong, Singapur, Bombay, etc.) reflejaban el peso del sector financiero, no las respectivas economías físicas.</p>
<p> Volviendo a AIG, la compañía apeló a la RF tras fracasar un plan para juntar 40.000 millones. En ambos casos, el objeto –no cumplido- era eludir otra baja de calificaciones, que sería fatal para el mayor grupo norteamericano de su tipo. No es fácil que este apresurado rescate lo consiga.</p>
<p> Los medios especializados, generalmente incondicionales del negocio, insistían hasta el martes en que AIG gozaba de buena salud. Cabe preguntarse, entonces, por qué necesita US$ 85.000 millones para compensar quebrantos sufridos en los últimos doce meses hasta agosto. Los escépticos recuerdan que, hasta hace días, Lehman Brothers también se veía saludable. La semana pasada, a la sazón, Moody’s Investors Service y Standard & Poor’s advirtieron que estudiaban degradar a la firma, lo cual la obligaría a poner miles de millones en colaterales extras para cubrir contratos en firme.</p>
<p> Como en el caso de LB, AIG afrontaba “problemas paradójicos”: a junio, sus activos excedían en US$ 78.000 millones los pasivos. Pero la mayor parte estaba en manos de subsidiarias, como garantías de solvencia; por tanto, no podían liquidarse para cubrir otras obligaciones. En un clima enrarecido, Wall Street se recobró un poco (1,3 a 1,75%) apoyado en una "ayuditas" del gobierno: estatizar AIG inyectando US$ 85.000 millones de liquidez, que la especulación devorará velozmente.</p>
<p> Horas antes, hubo fuertes caídas en Londres (-3,43), Tokio (-4,95) o Hongkong (-5,44%), que reabrían el miércoles bajando de nuevo. Afectados por la iliquidez, los crudos cedieron a apenas US$ 89,40 (Brent) y 91,70 (tejanos ligeros). Algunos medios europeos se preguntaban cuáles serán las futuras estatizaciones. ¿Detroit? ¿el comercio minorista? ¿los fondos de cobertura?… </p>
American International Group: lo degradaron y lo estatizaron
El hombre enfermo del seguro fue descalificado a A-2 por Moodys Investors Service y Standard & Poors. Ahora lo controla hacienda tras aportar US$ 85.000 millones. Otra decisión de apuro para calmar Wall Street ¿Ahora a quién lo tocará?