Por orden de antigüedad: lira (siglo XV), florín holandés, (siglo XVII), franco francés, escudo portugués (siglo XVIII), peseta, franco belga, marco alemán, (siglo XIX) y marco finlandés (siglo XX).
De las tres restantes, el franco luxemburgués está incorporado al belga desde hace años, en tanto el dracma griego y libra persa se retiran de circulación en marzo y junio.
Salvo en España, Portugal y Francia, la gente no ha tenido problemas para descartar sus viejas monedas, aunque el redondeo haya subido levemente los precios minoristas en Italia, Francia y Austria.
Pero, según observan analistas británicos y holandeses, los vaivenes del dólar y la natural propensión de los europeos a atesorar monedas “sólidas” benefician al franco suizo como virtual “divisa común” (está desalojando al marco alemán en el este y el sudeste de Europa) y a ciertas monedas de oro (franceses, belgas y austríacos están comprando inclusive las históricas).
Por orden de antigüedad: lira (siglo XV), florín holandés, (siglo XVII), franco francés, escudo portugués (siglo XVIII), peseta, franco belga, marco alemán, (siglo XIX) y marco finlandés (siglo XX).
De las tres restantes, el franco luxemburgués está incorporado al belga desde hace años, en tanto el dracma griego y libra persa se retiran de circulación en marzo y junio.
Salvo en España, Portugal y Francia, la gente no ha tenido problemas para descartar sus viejas monedas, aunque el redondeo haya subido levemente los precios minoristas en Italia, Francia y Austria.
Pero, según observan analistas británicos y holandeses, los vaivenes del dólar y la natural propensión de los europeos a atesorar monedas “sólidas” benefician al franco suizo como virtual “divisa común” (está desalojando al marco alemán en el este y el sudeste de Europa) y a ciertas monedas de oro (franceses, belgas y austríacos están comprando inclusive las históricas).