Volare en rojo y American no retira aviones (24-IX)
El sábado se cayó Volare, línea a descuento. Dejó 700 pasajeros varados, 1.380 empleados sin trabajo y otro dolor de cabeza para Silvio Berlusconi, ya desvelado por Alitalia. Entretanto, American no podrá retirar aviones encargados a Boeing.
Un decena de aparatos quedó inmovilizada y según fuentes del negocio, Gruppo Volare debía decidir -el martes- si recapitalizar la empresa o pedir la bancarrota. El futuro de la segunda aerolínea comercial del país pende de un hilo, al cabo de seis accidentados años de operaciones. El lunes a la noche, se daba por resuelta una intervención, prevista para el jueves, pues el cuadro revela insolvencia y el principal accionista ni siquiera está en Italia.
Además, ya afronta un pleito por incumplimiento del contrato de servicio, radicado en nombre del príncipe Paduka Zaimidi Sidup. Se trata del embajador de Brunei en Roma, que debía volar a París y lo dejaron de a pie.
Volare surgió en 1997, armada por emprendedores vénetos muy poco diáfanos. En 2000 se fusiona con Air Europe y forma Gruppo Volare, que a su vez crea -en 2003- VolareWeb, la primera compañía italiana de descuento. Ese mismo año estalla una crisis financiera y debe reorganizarse la firma, entonces conducida por Giorgio Fossa.
Pero éste cae en septiembre último, poniendo al descubierto una crisis más honda que afecta finanzas, operacione y management. La composición del paquete explica parte del problema: 38,6% lo controla el argentino Eduardo Eurnekián. El fundador de la empresa, Gino Zoccai, tiene sólo 25%. Interbanca posee 12,5% y otra parte igual está en manos del Fondo Tricolore (o sea Ligresti y Assicurazioni Generali). El 11,4% restante se reparte entre acionistas menores.
Desde el 17 de septiembre preside el grupo Mauro Gambaro. Lo acompañan Roberto Naldi como vicepresidente ejecutivo y Andrea Molinari como vice del directorio. Durante los doce meses entre octubre de 2003 y septiembre pasado, las pérdidas pasaron de € 45 millones a 80 millones. Pero hoy se sabe que el “agujero negro” asciende a € 270 millones, por lo cual la policía financiera allanó las oficinas y secuestro balances presumiblemente maquillados. Horas después, personal de la compañía marchaba por las calles exigiendo la comparecencia de directivos y accionistas.
No son buenos momentos para el negocio aerocomercial. El mismo lunes, American Airlines –la mayor compañía norteamericana- informó que no estará en condicioens financieras de ir retitando los 54 aviones ordenados a Boeing. Las unidades debieran entregars entre principios de 2006 y fines de 2010.
Dentro de pocos meses, la aerolínea tenía que iniciar pagos por hasta US$ 1.400 millones. Pero el III trimestre deparó pérdidas por US$ 214 millones y, según la firma, serán superior en el actual. Desde comienzos de 2001 –o sea, antes de los atentados del 11 de septiembre- hasta septiembre, los quebrantos acumulados son superiores a US$ 7.000 millones. Mientras, la situación de sus rivales (Delta, United) es aún más delicada. A su vez, tampoco las perspectivas de Boeing son las mejores.
Un decena de aparatos quedó inmovilizada y según fuentes del negocio, Gruppo Volare debía decidir -el martes- si recapitalizar la empresa o pedir la bancarrota. El futuro de la segunda aerolínea comercial del país pende de un hilo, al cabo de seis accidentados años de operaciones. El lunes a la noche, se daba por resuelta una intervención, prevista para el jueves, pues el cuadro revela insolvencia y el principal accionista ni siquiera está en Italia.
Además, ya afronta un pleito por incumplimiento del contrato de servicio, radicado en nombre del príncipe Paduka Zaimidi Sidup. Se trata del embajador de Brunei en Roma, que debía volar a París y lo dejaron de a pie.
Volare surgió en 1997, armada por emprendedores vénetos muy poco diáfanos. En 2000 se fusiona con Air Europe y forma Gruppo Volare, que a su vez crea -en 2003- VolareWeb, la primera compañía italiana de descuento. Ese mismo año estalla una crisis financiera y debe reorganizarse la firma, entonces conducida por Giorgio Fossa.
Pero éste cae en septiembre último, poniendo al descubierto una crisis más honda que afecta finanzas, operacione y management. La composición del paquete explica parte del problema: 38,6% lo controla el argentino Eduardo Eurnekián. El fundador de la empresa, Gino Zoccai, tiene sólo 25%. Interbanca posee 12,5% y otra parte igual está en manos del Fondo Tricolore (o sea Ligresti y Assicurazioni Generali). El 11,4% restante se reparte entre acionistas menores.
Desde el 17 de septiembre preside el grupo Mauro Gambaro. Lo acompañan Roberto Naldi como vicepresidente ejecutivo y Andrea Molinari como vice del directorio. Durante los doce meses entre octubre de 2003 y septiembre pasado, las pérdidas pasaron de € 45 millones a 80 millones. Pero hoy se sabe que el “agujero negro” asciende a € 270 millones, por lo cual la policía financiera allanó las oficinas y secuestro balances presumiblemente maquillados. Horas después, personal de la compañía marchaba por las calles exigiendo la comparecencia de directivos y accionistas.
No son buenos momentos para el negocio aerocomercial. El mismo lunes, American Airlines –la mayor compañía norteamericana- informó que no estará en condicioens financieras de ir retitando los 54 aviones ordenados a Boeing. Las unidades debieran entregars entre principios de 2006 y fines de 2010.
Dentro de pocos meses, la aerolínea tenía que iniciar pagos por hasta US$ 1.400 millones. Pero el III trimestre deparó pérdidas por US$ 214 millones y, según la firma, serán superior en el actual. Desde comienzos de 2001 –o sea, antes de los atentados del 11 de septiembre- hasta septiembre, los quebrantos acumulados son superiores a US$ 7.000 millones. Mientras, la situación de sus rivales (Delta, United) es aún más delicada. A su vez, tampoco las perspectivas de Boeing son las mejores.
