Vivendi sigue en problemas

La calificación crediticia de Vivendi Universal fue bajada al piso (en la categoría “recomendable para invertir”) por Moody´s Investors Service.

4 mayo, 2002

La agencia teme que el grupo no pueda reducir deudas según los compromisos asumidos (US$ 7.000 millones este mismo año, para empezar). La nota para deuda antigua a largo plazo cede a Baa3.

La división medios de Vivendi tiene un rojo de casi € 17.000 millones (unos US$ 15.300 millones). Esta carga se origina en una ola de compras por casi US$ 100.000 millones efectuadas por el hoy cuestionado CEO, Jean-Marie Messier, entre 1996 y 2000.

Entretanto, según informaba la firma, un juez de primera instancia en París dictaminó la legalidad de dos decisiones adoptadas unilateralmente por la junta directiva. Es decir, anular la asamblea ordinaria de accionistas efectuada el miércoles 24 y llamar a repetirla en junio. El segundo grupo mundial de medios arguyó una presunta irrupción de hackers y el consiguiente fraude en el recuento de votos.

Un tribunal comercial encontró pruebas de “funcionamiento incorrecto” en el sistema de votación y recuento. No obstante, todavía no se expidió sobre la fecha exacta de la segunda convocatoria. Pero esta instancia judicial no gusta a inversores ni analistas de carteras: “Resulta difícil saber si Messier impondrá en una segunda asamblea las propuestas rechazadas por la primera. Además, es la primera vez que un director gerente califica de ilegal una votación de accionistas”, señala un informe de Nextra Investments Management (Milán), una cartera que maneja € 125.000 millones en acciones de firmas europeas.

La agencia teme que el grupo no pueda reducir deudas según los compromisos asumidos (US$ 7.000 millones este mismo año, para empezar). La nota para deuda antigua a largo plazo cede a Baa3.

La división medios de Vivendi tiene un rojo de casi € 17.000 millones (unos US$ 15.300 millones). Esta carga se origina en una ola de compras por casi US$ 100.000 millones efectuadas por el hoy cuestionado CEO, Jean-Marie Messier, entre 1996 y 2000.

Entretanto, según informaba la firma, un juez de primera instancia en París dictaminó la legalidad de dos decisiones adoptadas unilateralmente por la junta directiva. Es decir, anular la asamblea ordinaria de accionistas efectuada el miércoles 24 y llamar a repetirla en junio. El segundo grupo mundial de medios arguyó una presunta irrupción de hackers y el consiguiente fraude en el recuento de votos.

Un tribunal comercial encontró pruebas de “funcionamiento incorrecto” en el sistema de votación y recuento. No obstante, todavía no se expidió sobre la fecha exacta de la segunda convocatoria. Pero esta instancia judicial no gusta a inversores ni analistas de carteras: “Resulta difícil saber si Messier impondrá en una segunda asamblea las propuestas rechazadas por la primera. Además, es la primera vez que un director gerente califica de ilegal una votación de accionistas”, señala un informe de Nextra Investments Management (Milán), una cartera que maneja € 125.000 millones en acciones de firmas europeas.

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