Varig: gerentes y sindicalistas deben mejorar la oferta

Un grupo de ejecutivos y gremialistas ofrecen US$ 460 millones por activos y rutas de Varig. Fue la única propuesta de la segunda ronda. En la primera, cinco grupos se habían presentado. Ahora debe mejorarse la propuesta.

13 junio, 2006

En el primer grupo estaban TAM Linhas Aéreas, Gol Linhas Inteligentes y Ocean Air. Pero ninguna alcanzó el precio de US$ 860 millones pedida para rutas internacionales y de cabotaje. Hoy, la única oferta –muy inferior- inspira serias dudas. La justicia dio hasta el miércoles plazo para aumentar la parte en efectivo y reducir el monto en bonos.

La propuesta fue presentada por TGV (trabajadores del grupo Varig, en realidad gerentes y sindicalistas) y es 46% inferior a aquel mínimo establecido por el tribunal de quiebra. El juez del concurso, Luiz Roberto Ayub, tenía hasta el lunes para resolver.

La situación de la empresa es severa. Para empezar, hay deudas por US$ 3.200 millones. Además, en Estados Unidos se tramita un embargo de aviones alquilados, por parte de las locadoras. Ahí está la clave; TGV no se hará cargo de deudas ni embargos, cuyo rechazo equivaldría a la quiebra lisa y llana.

En general, los acreedores no ven con buenos ojos los debentures ofrecidos por TGV. Tampoco queda clara la parte que debiera ser abonada por los empleados vía créditos ni los US$ 285 millones que aportarían grupos privados cuya identidad se mantiene en llamativa reserva. En suma, la situación es complicada. Tanto que, ayer, Varig debió cancelar ya veinte de sus 180 vuelos diarios. En resumen, subsisten demasiadas incertidumbres.

En el primer grupo estaban TAM Linhas Aéreas, Gol Linhas Inteligentes y Ocean Air. Pero ninguna alcanzó el precio de US$ 860 millones pedida para rutas internacionales y de cabotaje. Hoy, la única oferta –muy inferior- inspira serias dudas. La justicia dio hasta el miércoles plazo para aumentar la parte en efectivo y reducir el monto en bonos.

La propuesta fue presentada por TGV (trabajadores del grupo Varig, en realidad gerentes y sindicalistas) y es 46% inferior a aquel mínimo establecido por el tribunal de quiebra. El juez del concurso, Luiz Roberto Ayub, tenía hasta el lunes para resolver.

La situación de la empresa es severa. Para empezar, hay deudas por US$ 3.200 millones. Además, en Estados Unidos se tramita un embargo de aviones alquilados, por parte de las locadoras. Ahí está la clave; TGV no se hará cargo de deudas ni embargos, cuyo rechazo equivaldría a la quiebra lisa y llana.

En general, los acreedores no ven con buenos ojos los debentures ofrecidos por TGV. Tampoco queda clara la parte que debiera ser abonada por los empleados vía créditos ni los US$ 285 millones que aportarían grupos privados cuya identidad se mantiene en llamativa reserva. En suma, la situación es complicada. Tanto que, ayer, Varig debió cancelar ya veinte de sus 180 vuelos diarios. En resumen, subsisten demasiadas incertidumbres.

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