United, American y Delta adelantan en negociaciones laborales

Con tropiezos, avanzan las trabajosas negociaciones entre United, American, Delta y los sindicatos involucrados en la actividad. Entretanto, el fin de la guerra mejora perspectivas sectoriales, pero la epidemia de pulmonitis las compromete.

10 abril, 2003

United Airlines, es decir la sociedad UAL, alcanzó acuerdos tentativos con tres sindicatos. Básicamente, aceptarían recortes salariales y de otros beneficios en forma temporaria. Como señal, el CEO Glen Tilton resolvió rebajar en otro 14% sus remuneraciones en 2003, actitud que ha emulado su colega de Delta Airlines, Leo Mullin.

Éste redujo 23% los emolumentos de este año, renunció al futuro aguinaldo, pero no devolvió en el 2002. Se sabe que su equivalente en AMR (American Airlines) está sopesando algo similar. Pero, antes, debe superar un enfrentamiento en la interna gremial: los empleados se niegan a acompañar concesiones salariales de otros sectores que, de confirmarse, le significarán a AMR un ahorro de US$ 1.800 millones.

En esta carrera, UAL lleva una ventaja a las otras: sus 23.000 empleados en tierra se sumaron ayer al acuerdo tentativo de recortes temporarios en remuneraciones. Eso representará US$ 2.600 millones menos en gastos salariales. Como Air Canada al norte de la frontera, United Airlines apeló al concurso según el título XI de la ley federal de quiebras y esto les forzó la mano a los gremialistas.

Por otra parte, el presumible fin de la guerra en Irak ayuda, pues ahora las compañías y su personal esperan tiempos mejores, aunque la epidemia de pulmonitis plantee una amenaza por hoy difícil de cuantificar. Las aerolíneas de Occidente, en efecto, siguen de cerca los problemas que tienen ya sus similares en Asia oriental y sudoriental.

United Airlines, es decir la sociedad UAL, alcanzó acuerdos tentativos con tres sindicatos. Básicamente, aceptarían recortes salariales y de otros beneficios en forma temporaria. Como señal, el CEO Glen Tilton resolvió rebajar en otro 14% sus remuneraciones en 2003, actitud que ha emulado su colega de Delta Airlines, Leo Mullin.

Éste redujo 23% los emolumentos de este año, renunció al futuro aguinaldo, pero no devolvió en el 2002. Se sabe que su equivalente en AMR (American Airlines) está sopesando algo similar. Pero, antes, debe superar un enfrentamiento en la interna gremial: los empleados se niegan a acompañar concesiones salariales de otros sectores que, de confirmarse, le significarán a AMR un ahorro de US$ 1.800 millones.

En esta carrera, UAL lleva una ventaja a las otras: sus 23.000 empleados en tierra se sumaron ayer al acuerdo tentativo de recortes temporarios en remuneraciones. Eso representará US$ 2.600 millones menos en gastos salariales. Como Air Canada al norte de la frontera, United Airlines apeló al concurso según el título XI de la ley federal de quiebras y esto les forzó la mano a los gremialistas.

Por otra parte, el presumible fin de la guerra en Irak ayuda, pues ahora las compañías y su personal esperan tiempos mejores, aunque la epidemia de pulmonitis plantee una amenaza por hoy difícil de cuantificar. Las aerolíneas de Occidente, en efecto, siguen de cerca los problemas que tienen ya sus similares en Asia oriental y sudoriental.

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