Una nueva oportunidad para Corning

Corning, una pequeña ciudad en el estado de Nueva York que creció alrededor de la famosa fábrica de vidrio que le dio nombre y razón de ser, se prepara para el próximo gran capítulo de la revolución tecnológica.

14 junio, 2004

Hace escasos cuatro años cuando las instalaciones de la planta vibraban
de actividad con el boom de las comunicaciones ópticas. Pero pronto vino
el colapso en la demanda de fibra de vidrio y de otros elementos que necesitaban
esas comunicaciones. Y entonces la empresa Corning, con una valuación en
el mercado de US$ 140.000 millones, se vio obligada a cerrar plantas y a despedir
a más de 21.000 trabajadores para evitar la quiebra.

Pero cuando todavía la empresa sigue haciendo denodados esfuerzos por salir
de sus problemas, otro boom se insinúa para el sector alta tecnología
del negocio del vidrio. Para bien o para mal, Corning ya se anotó en la
carrera.

Este último resurgimiento nace con el aumento en las ventas del vidrio
especial que se necesita para fabricar pantallas LCD (liquid crystal display).
La demanda mundial va creciendo al doble de la velocidad proyectada hace dos años,
según Wendell Weeks, presidente y director operativo de Corning.

Y la industria podría estar sólo en etapa de precalentamiento. Las
pantallas de cristal líquido recién ahora comienzan a aparecer en
los televisores. El año pasado en Japón, sólo 15% de todos
los televisores vendidos tenían ese tipo de pantalla, y en el mundo casi
no se veían. Pero a medida que los televisores se achatan y que las pantallas
se agrandan, la demanda de vidrio va a crecer.

Corning calcula que 16% de todos los televisores que se vendan en 2006 tehdrán
pantallas de cristal líquido. Eso consumiría, al año, más
de 330 millones de pies cuadrados de vidrio de alta tecnología. Si a eso
se le agrega el permanente viraje hacia los monitores de PC de pantalla chata,
la demanda total llegaría a 1.000 millones de pies cuadrados en 2006, dice
la compañía.

Esta vez, parecería que hay menos probabilidades de que las cosas vuelvan
a salir mal. Hay muchas diferencias, explica Weeks. La primera es que la demanda
final de televisores es más transparente de lo que fue la de fibra óptica,
y eso nos permite ajustar la inversión de capital al nivel de la demanda.

Además, como los clients de Corning (los fabricantes de pantallas LCD)
– deben invertir de US$ 2.000 millones en adelante por cada una de sus plantas,
el fabricante del vidrio tiene la ventaja de poder vigilar atentamente el momento
en que aparecen nuevas Fuentes de demanda.

Sea como sea, Corning ya decidió que tirar su cautela a los cuatro vientos
y se lanza a montarse en la ola del cristal líquido. Hasta ahora, Wall
Street le ha dado una buena acogida. El negocio LCD todavía representa
27% de las ventas de la compañía pero aporta prácticamente
todo el crecimiento. Sus acciones subieron de US$ 1,33 hace año y medio
a US$ 11,50, con lo cual el valor de la compañía se sitúa
en casi US$ 16.000 millones.

Hace escasos cuatro años cuando las instalaciones de la planta vibraban
de actividad con el boom de las comunicaciones ópticas. Pero pronto vino
el colapso en la demanda de fibra de vidrio y de otros elementos que necesitaban
esas comunicaciones. Y entonces la empresa Corning, con una valuación en
el mercado de US$ 140.000 millones, se vio obligada a cerrar plantas y a despedir
a más de 21.000 trabajadores para evitar la quiebra.

Pero cuando todavía la empresa sigue haciendo denodados esfuerzos por salir
de sus problemas, otro boom se insinúa para el sector alta tecnología
del negocio del vidrio. Para bien o para mal, Corning ya se anotó en la
carrera.

Este último resurgimiento nace con el aumento en las ventas del vidrio
especial que se necesita para fabricar pantallas LCD (liquid crystal display).
La demanda mundial va creciendo al doble de la velocidad proyectada hace dos años,
según Wendell Weeks, presidente y director operativo de Corning.

Y la industria podría estar sólo en etapa de precalentamiento. Las
pantallas de cristal líquido recién ahora comienzan a aparecer en
los televisores. El año pasado en Japón, sólo 15% de todos
los televisores vendidos tenían ese tipo de pantalla, y en el mundo casi
no se veían. Pero a medida que los televisores se achatan y que las pantallas
se agrandan, la demanda de vidrio va a crecer.

Corning calcula que 16% de todos los televisores que se vendan en 2006 tehdrán
pantallas de cristal líquido. Eso consumiría, al año, más
de 330 millones de pies cuadrados de vidrio de alta tecnología. Si a eso
se le agrega el permanente viraje hacia los monitores de PC de pantalla chata,
la demanda total llegaría a 1.000 millones de pies cuadrados en 2006, dice
la compañía.

Esta vez, parecería que hay menos probabilidades de que las cosas vuelvan
a salir mal. Hay muchas diferencias, explica Weeks. La primera es que la demanda
final de televisores es más transparente de lo que fue la de fibra óptica,
y eso nos permite ajustar la inversión de capital al nivel de la demanda.

Además, como los clients de Corning (los fabricantes de pantallas LCD)
– deben invertir de US$ 2.000 millones en adelante por cada una de sus plantas,
el fabricante del vidrio tiene la ventaja de poder vigilar atentamente el momento
en que aparecen nuevas Fuentes de demanda.

Sea como sea, Corning ya decidió que tirar su cautela a los cuatro vientos
y se lanza a montarse en la ola del cristal líquido. Hasta ahora, Wall
Street le ha dado una buena acogida. El negocio LCD todavía representa
27% de las ventas de la compañía pero aporta prácticamente
todo el crecimiento. Sus acciones subieron de US$ 1,33 hace año y medio
a US$ 11,50, con lo cual el valor de la compañía se sitúa
en casi US$ 16.000 millones.

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