Un banquero neocelandés y la próxima movida de Microsoft

El rechazo enviado por Yahoo el lunes seguramente está en manos de Christopher Liddell, un ignoto experto contratado por Steve Ballmer. Deberá decidir si la apuesta se eleva de US$ 44.600 a 51.100 millones, o sea de 31 a 40 por acción (29%).

12 febrero, 2008

Liddell es un banquero originario de Nueva Zelanda y, entre bambalinas, fue el cerebro de la oferta hostil, la primera en la historia de Microsoft y quizá el intento más audaz –y riesgoso- de un líder tecnológico para absorber a otro. A diferencia de Jerry Wang (Yahoo), Ballmer y William Gates no confían en firmas y bancas externas.

Tras el rechazo y la casi seguridad de que Yahoo pretende más, toca al nuevo director financiero -ajeno al negocio del software, entró hace dos años- planear los pasos siguientes en esta batalla. De paso, debe conducir una variante novedosa en la cultura de Microsoft: las tomas hostiles.

“Es preciso ser disciplinados, inflexibles. Las fusiones y adquisiciones –sostiene Liddell- son otra forma de crecer”. Es una curiosa forma de fundamentalismo que, en otros sectores, va perdiendo vigencia. Hasta ahora, cabe recordar, Microsoft encaraba F&A de tipo complementario. Por ejemplo, compañías menores dedicadas a reproducción de medios, reconocimiento vocal, software médico, etc.

En realidad, el gigante de Gates hizo amagues sin resultados. Verbigracia, a fines de 2003 abrió negocicaciones con SAP, firma alemana líder mundial en software institucional (sigue siéndolo, pese a Oracle). Habría sido una F&A superior a € 38.500 millones –US$ 50.000 millones entonces, 56.000 millones hoy-, pero no cristalizó.

Las conversaciones se hicieron públicas en un tribunal de la Unión Europea, 2004. Pretexto: la complejidad de la potencial transacción y los problemas gerenciales resultantes. En realidad, Bruselas no quería ver juntos a los dos gigantes.

Al parecer, los planes de Liddell includen una recorrida para convencer a los accionistas Yahoo para que vendan. El objeto es presionar sobre la empresa y llevarla a descartar el rechazo del lunes 11. Pero ¿a qué precio? ¿a los US$ 44.600 millones que Yahho considera pocos o a 51.100 millones? Liddell sabe que existe un factor favorable a Microsoft: en un par de semanas, millones de títulos han pasado a fondos de cobertura, mecanismo especulartivos de corto plazo proclives a revender lo antes posible. Otro recurso a mano del neocelandés consiste en hacer una oferta directa a los accionistas –con plazo texativo-, algo más alta que la rechazada, pero no tanto como Wang quiere.

Como variante complementaria, Microsoft puede intentar desalojar al directorio actual en la próxima asamblea. Si contase con títulos (votos) suficientes, tendría hasta el 13 de marzo para nombrar junta propia. Sería la guerra. Frente a Liddell –que cuenta con Goldman Sachs y Lehman Brothers-, Gates moviliza a Morgan Stanley y Blackstone Group, un fondo extrabursátil experto en compra apalancadas. Dato curioso: Yahoo también opera con GS y LH.

Liddell es un banquero originario de Nueva Zelanda y, entre bambalinas, fue el cerebro de la oferta hostil, la primera en la historia de Microsoft y quizá el intento más audaz –y riesgoso- de un líder tecnológico para absorber a otro. A diferencia de Jerry Wang (Yahoo), Ballmer y William Gates no confían en firmas y bancas externas.

Tras el rechazo y la casi seguridad de que Yahoo pretende más, toca al nuevo director financiero -ajeno al negocio del software, entró hace dos años- planear los pasos siguientes en esta batalla. De paso, debe conducir una variante novedosa en la cultura de Microsoft: las tomas hostiles.

“Es preciso ser disciplinados, inflexibles. Las fusiones y adquisiciones –sostiene Liddell- son otra forma de crecer”. Es una curiosa forma de fundamentalismo que, en otros sectores, va perdiendo vigencia. Hasta ahora, cabe recordar, Microsoft encaraba F&A de tipo complementario. Por ejemplo, compañías menores dedicadas a reproducción de medios, reconocimiento vocal, software médico, etc.

En realidad, el gigante de Gates hizo amagues sin resultados. Verbigracia, a fines de 2003 abrió negocicaciones con SAP, firma alemana líder mundial en software institucional (sigue siéndolo, pese a Oracle). Habría sido una F&A superior a € 38.500 millones –US$ 50.000 millones entonces, 56.000 millones hoy-, pero no cristalizó.

Las conversaciones se hicieron públicas en un tribunal de la Unión Europea, 2004. Pretexto: la complejidad de la potencial transacción y los problemas gerenciales resultantes. En realidad, Bruselas no quería ver juntos a los dos gigantes.

Al parecer, los planes de Liddell includen una recorrida para convencer a los accionistas Yahoo para que vendan. El objeto es presionar sobre la empresa y llevarla a descartar el rechazo del lunes 11. Pero ¿a qué precio? ¿a los US$ 44.600 millones que Yahho considera pocos o a 51.100 millones? Liddell sabe que existe un factor favorable a Microsoft: en un par de semanas, millones de títulos han pasado a fondos de cobertura, mecanismo especulartivos de corto plazo proclives a revender lo antes posible. Otro recurso a mano del neocelandés consiste en hacer una oferta directa a los accionistas –con plazo texativo-, algo más alta que la rechazada, pero no tanto como Wang quiere.

Como variante complementaria, Microsoft puede intentar desalojar al directorio actual en la próxima asamblea. Si contase con títulos (votos) suficientes, tendría hasta el 13 de marzo para nombrar junta propia. Sería la guerra. Frente a Liddell –que cuenta con Goldman Sachs y Lehman Brothers-, Gates moviliza a Morgan Stanley y Blackstone Group, un fondo extrabursátil experto en compra apalancadas. Dato curioso: Yahoo también opera con GS y LH.

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