Tips para emprender con un amigo

A primera vista parece divertido emprender junto a un amigo, pero cuando lo examinamos bien no es ni tan sencillo ni tan divertido. ¿Compartimos valores? ¿cómo va a afectar nuestra amistad el éxito o fracaso de nuestro proyecto?

17 marzo, 2016

Emprender junto a otros permite compartir ideas, conocer otras propuestas que, tal vez, a uno en solitario no se le hubieran ocurrido, y aunar experiencias profesionales, así como carencias formativas. Lo más lógico es que entre los socios se complementen capacidades y recursos. Y no se debe olvidar dos aspectos fundamentales más: el apoyo financiero del socio o socios, que dará mayor consistencia al proyecto, y compartir la responsabilidad de formar parte de una sociedad empresarial. Pero, ¿qué ocurre cuando ese socio es un amigo? El investigador de la Harvard Business School Noam Wasserman plantea en su libro “Los dilemas del fundador” que en torno al 40% de las startups incluyen entre los miembros fundadores a amigos y ha encontrado puntos a favor y en contra de emprender con amigos. Por un lado, asegura este investigador, cada vez que incorporas a un amigo a tu negocio tus posibilidades de fracaso se incrementan en un 28,6% (por amigo). Wasserman asegura en su libro que los amigos tienden a minimizar y obviar los problemas evidentes del negocio para preservar una relación de amistad. Pero, por otro, ha constatado que los equipos emprendedores más estables estaban conformados por antiguos compañeros de trabajo, lo que echa por tierra el anterior porcentaje de posibilidades de fracaso.

 

¿Dónde está entonces la clave? estas cuatro preguntas pueden guiar a los equipos que vayan a estar conformados por amigos antes de ponerse a desarrollar un proyecto.

¿Compartimos los mismos valores?

 Su objetivo es exactamente el mismo que el nuestro pero quizás sus valores, como la misión y visión de la empresa o el producto, sea muy diferente. Hay que compartir el ideal del proyecto, así como los objetivos que queremos lograr y el grado de esfuerzo y sacrificio que estamos dispuestos a hipotecar por ello para que todo llegue a buen puerto. Si nosotros estamos interesados en un proyecto de alto impacto social pero con un retorno monetario modesto y nuestro amigo y socio busca tratar de llegar a fin de mes más holgado, los encontronazos están a la vuelta de la esquina.

 

¿Son nuestros hábitos de trabajo compatibles?

En una sociedad eficiente, las cargas y los beneficios se reparten equitativamente entre los socios por lo tanto si nuestro buen amigo tiene hábitos de trabajo muy diferentes a los nuestros vamos a tener problemas. La complicidad y el trabajo en equipo son claves para los socios. Si eso falla, lo demás es difícil de construir.

 

¿Cuáles son, respectivamente, nuestras fortalezas y debilidades?

Ser amigos de nuestro socio es una fortaleza que compartimos con el, pero si es la única posiblemente no sea suficiente para montar una empresa. Por lo general somos amigos de personas con los cuales compartimos varios gustos o formas de ver la vida, nuestros amigos no suelen ser diametralmente distintos a nosotros. Y una empresa eficiente lo que necesita es disenso y discusión, que haya socios que vean lo que los demás socios no ven para poder aportar algo novedoso.

 

¿Cómo manejaremos los conflictos cuando surjan (porque van a surgir)?

Ocasionalmente puede haber dilemas, incluso morales, en el seno de una compañía. Resulta especialmente complejo compatibilizar dos maneras de ver la vida totalmente opuestas.Y, como todos sabemos, esas discusiones pueden terminar desgastando la amistad y afectando la vida personal cuando debería ser sólo un problema empresarial.

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