Teletrabajo: ¿cómo será la oficina del “futuro”?

Solo el 7% de las empresas argentinas descarta aplicarlo tras la pandemia. Es esencial reinventar las formas y los espacios de trabajo.

11 septiembre, 2020

La oficina corporativa está a punto de sufrir una importante renovación, en un mundo reestructurado por la pandemia. Consultadas por PwC Argentina en un reciente sondeo realizado con posterioridad a la sanción de la Ley de Teletrabajo, un 97% de las empresas nacionales está llevando a cabo esta metodología, el 34% ya definió que adoptará un formato mixto tras la pandemia y solo un 7% descarta hacerlo tras el fin de las restricciones sanitarias.

Es importante destacar una premisa: todos se benefician con el teletrabajo: los empleados evitan largos desplazamientos y pasan más tiempo con su familia y los empleadores tienen acceso al talento independientemente de dónde se encuentren geográficamente, mejoran su capacidad de recuperación a través de una fuerza laboral distribuida y reducen los gastos al optimizar el espacio inmobiliario ocupado. Incluso es beneficioso para el medio ambiente gracias al menor tránsito diario de personas, menos viajes de negocios, calefacción y acondicionamiento del espacio de oficina.

La visión que predominaba hace solo unos meses mostraba a la oficina como un activo estratégico para atraer a una nueva generación de trabajadores ubicados en áreas urbanas, con diseños de espacios abiertos y otros destinados al ocio. En la actualidad, los ejecutivos escépticos que creían que los empleados no podían ser productivos fuera de la oficina han adoptado, o al menos han flexibilizado sus puntos de vista, y notan que el teletrabajo puede ser efectivo.

Muchas grandes empresas de todas las industrias han anunciado su intención de permitir que en el futuro los empleados trabajen desde casa al menos parte del tiempo. Como parece probable que un modelo flexible del trabajo se convierta en lo habitual, la función de la oficina corporativa y el espacio físico están bajo la lupa. La pandemia ha dejado en evidencia que la verdadera recompensa en el trabajo remoto no es reducir los costos inmobiliarios, sino que tiene que ver con fomentar una mayor sensación de resiliencia.

Para Alejandro J. Rosa, socio de PwC Argentina de la práctica de Gobierno Corporativo, “si bien hay una cierta cantidad de empleados que prefieren el trabajo remoto, al menos dos veces a la semana, también hay quienes necesitan socializar con los miembros del equipo y sentir que son parte de la organización, particularmente aquellos colaboradores que fueron recientemente empleados en una compañía. Ese es el gran desafío que tendrán que afrontar de ahora en adelante los ejecutivos, lograr un equilibrio evaluando de qué forma y con qué dinámica será la vuelta a la oficina, y al mismo tiempo continuar construyendo la cultura organizacional, basada en los valores y el propósito que definen a la empresa”.

Identificar las razones

Un número significativo de compañías fuera del sector industrial han demostrado que pueden trabajar desde su casa de manera efectiva, por eso identificar las razones por las cuales las personas necesitan volver a la empresa es importante durante todo el proceso.

La oficina del futuro será principalmente un espacio para la colaboración, así como de generación de vínculos a nivel comunidad, aunque algunas tareas requieren espacios de trabajo individuales y para que cumpla con su nuevo y más específico objetivo de permitir la colaboración y la construcción de vínculos a nivel comunidad, se avecina un estilo diferente de importante reestructuración.

Los espacios reservados para el trabajo individual se reducirán significativamente y se transformarán en posiciones sin asignación particular a personas o puestos, con menos metros cuadrados por asiento que en la actualidad. A cambio, habrá más espacio para socializar y colaborar.

Las salas de reuniones fomentarán la colaboración ad hoc de dos a cuatro personas; las de conferencias más grandes estarán destinadas a reuniones de toma de decisiones; las centrales permitirán que los equipos de proyecto trabajen juntos. Estos espacios de colaboración estarán equipados con herramientas y tecnología para mejorar la experiencia.

“Otra alternativa que será puesta en consideración es poseer o alquilar oficinas especializadas. Las empresas pueden considerar espacios de coworking para aumentar la flexibilidad y el acceso de sus trabajadores que cuentan con más movilidad” explica el socio.

Los acuerdos de trabajo flexibles que todos han estado utilizando para hacer frente a la pandemia están redefiniendo algunas normas. En consecuencia, se deberán establecer formas de trabajo que permitan el encuentro casual, pero no se arriesgue a que los equipos se adapten a formas de trabajo improvisadas recientemente que pueden crear confusión y frustración.

Estas nuevas formas benefician a los empleados no solo a corto sino también a largo plazo a medida que desarrollan nuevas habilidades y mejoran su propia empleabilidad.

El plazo para lograrlo es largo, podría ser de dos a tres años, para planificar el nuevo espacio ocupado, encontrar sitios renovados, reestructurar las oficinas para las necesidades de la empresa y realizar la transición. El momento de comenzar a planificar es ahora.

 

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