Techint: inversiones por 600 millones de dólares

Ante más de 400 operarios, técnicos y periodistas, pero fundamentalmente ante la presencia del presidente de la siderúrgica Ternium, Paolo Rocca, Kirchner volvió a partir la historia y a criticar a los “defensores de la filosofía del desastre que buscan impedir el crecimiento de la economía argentina”, en referencia a los que califican como los “nostálgicos de los ´90”

Sin referirse a los escándalos que azotan al gobierno a 47 días de las elecciones, como los conflictos en el INDEC o las derrotas y bullas electorales, reafirmó que su esposa, candidata a la presidencia y el vicepresidente y candidato oficialista a gobernador de la provincia bonaerense, Daniel Scioli, lograrán construir un país con “equidad y con industria nacional”.

Asimismo, para reforzar la posición del gobierno, se refirió a la reciente visita del candidato francés para dirigir el Fondo Moentario Internacional a partir de octubre, Dominique Strauss-Kahn, al sostener que los representantes del organismo internacional deberían admitir sus errores y que la Argentina tiene fuerza para indicarles qué es lo que hay que reformar en el Fondo. El francés vino a solicitar el voto argentino, aunque más por una formalidad que por una necesidad de hecho; es difícil que el candidato preferido por los rusos pueda arrebatarle su pretensión presidencial.

La inauguración

A pesar de que el Alto Horno 2 entró nuevamente en funciones el 30 de enero, recién ayer se inauguró oficialmente.
Después de 15 años, la planta de San Nicolás de la siderúrgica Ternium Siderar vuelve a operar con dos altos hornos en producción conjunta. El horno había dejado de funcionar el 9 de octubre pasado, después de 11 años continuos de trabajo.

Las reparaciones (realineamiento) del Alto Horno 2 (corazón de la empresa propiedad del grupo Techint) precisaron de un presupuesto de 110 millones de dólares y más de 3.000 trabajadores en obra.
Se rediseñó el crisol que permitirá mayor productividad y se cambió el sistema de refrigeración para controlar las altas temperaturas del horno. Además se aumentó su volumen para permitir saltar de una producción de 5.200 a 7.200 toneladas diarias.

Según voceros de la empresa, estas inversiones buscan satisfacer una demanda local de acero plano que se duplicó en los últimos cuatro años, al pasar de un millón de toneladas en 2002, a 2,2 millones en 2006.

Kirchner y el gobernador Solá destacaron en sus discursos la importancia que tienen las inversiones privadas como las anunciadas por Rocca; pero fue éste, paradójicamente, quien reivindicó el rol del Estado. Sus palabras iniciales estuvieron destinadas a engrandecer la figura del general Manuel Nicolás Savio, responsable de la fundación de la siderúrgica estatal Somisa, que en 1993 pasó a manos del grupo privado: “Esta planta nació -contó Rocca- gracias a la visión del General Savio, contenida en el Plan Siderúrgico Argentino de 1947”.

Inversiones nuevas y viejas

Tras la inauguración, ya sin cascos ni antiparras, en el interior de una gran carpa blanca, Rocca detalló el plan de inversiones por 600 millones de dólares que realizó su firma entre 2004 y 2007, que contemplaron además de las recientes obras en el horno 2, el aumento de la producción de coque, de la capacidad de calentamiento de planchones de acero, y más ampliaciones en otras plantas de la firma.

Pero no se quedó allí, y el empresario anunció hasta 2010 nuevas inversiones por 800 millones de dólares para llevar la producción de acero de 2,8 millones a 4 millones de toneladas anuales.
Se contentó Kirchner con estos anuncios, a los que sumó las inversiones en la planta nuclear de Atucha II y las concretadas recientemente en Puerto Madryn, en la empresa Aluar,

Una semana empresaria

La visita de la pareja Kirchner a la planta siderúrgica de San Nicolás, se enmarca en una semana de äcercamiento empresario. El lunes, el presidente y su esposa recorrieron la planta de Aluar en la provincia de Santa Cruz, para inaugurar la ampliación de las instalaciones de la mayor productora de aluminio del continente (que demandó una inversión de 850 millones de dólares). A su vez, el martes la senadora disertó en el precoloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), ante 600 hombres de negocios. Ni en palabras ni en gestos la senadora atinó a ofenderlos y evitó fricciones que tan sólo meses antes se hubieran generado. Se despachó con una frase que sonó a melodía para niños: “Ganar dinero no debe ser considerado pecado”. La semana de los Kirchner se completa con un regalo a la Unión Industrial Argentina: en un acto de la entidad empresaria en Parque Norte, Kirchner les cedió un predio a los industriales

De cara a la globalización.

“Tenemos que mirar hacia delante, para hacer frente al crecimiento de nuestro país y a la necesidad de sostener el posicionamiento industrial frente a la competencia global”. Estas fueron las palabras de Rocca, en una clara muestra de cómo piensa el hombre que ha dirigido la expansión de sus negocios a todo el continente.

En los últimos años, Techint se hizo de 16 centros productivos repartidos en Estados Unidos (1), México (7), Venezuela (1) y Argentina (7); y 14 oficinas comerciales entre Estados Unidos, México, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Argentina y España. En opinión del empresario, “para ser protagonistas de la globalización tenemos que dar una dimensión internacional a nuestras empresas”

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Ternium Siderar, una ciudad

Tan grande es la planta de San Nicolás que tiene Ternium Siderar que, según uno de sus ingenieros, consume a diario la misma cantidad de gas que la ciudad de Rosario y genera la cantidad de hierro necesaria para producir ocho autos por minuto.
Pero también en recursos humanos y ventas las dimensiones son impresionantes. Ternium es una sociedad que emplea a 18.300 personas, con ventas netas en 2006 por 6.600 millones de dólares y con una capacidad productiva de once millones de toneladas anuales de acero crudo. Además, produce pellets, hierro de reducción directa, laminado en caliente y en frío, revestidos y tuberías.
El grupo Techint se valió de las empresas estatales argentina, mexicana y venezolana para consolidarse como un grupo transnacional. Entre 1992 y 2007 adquirió la siderúrgica estatal argentina Somisa (1993), a precios irrisorios según fuentes mismas de Siderar; la venezolana Sidor (1998), y las mexicanas Hylsa (2005) e Imsa (2007). El grupo creó en 2005 Ternium, que entonces pasó a unificar al resto de las empresas.

Una asociación estratégica

Los abrazos y palmadas no escasearon en un acto que reafirmó una relación que parece indispensable tanto para el gobierno nacional, que precisa de inversiones, como para Rocca, que necesita que el Estado allane el camino de la transnacionalización. Tan fundamental, que Kirchner intermedió semanas atrás para contener las amenazas del presidente venezolano, Hugo Chávez, de reestatizar la siderúrgica Sidor, que controla Techint en Venezuela.

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Ante más de 400 operarios, técnicos y periodistas, pero fundamentalmente ante la presencia del presidente de la siderúrgica Ternium, Paolo Rocca, Kirchner volvió a partir la historia y a criticar a los “defensores de la filosofía del desastre que buscan impedir el crecimiento de la economía argentina”, en referencia a los que califican como los “nostálgicos de los ´90”

Sin referirse a los escándalos que azotan al gobierno a 47 días de las elecciones, como los conflictos en el INDEC o las derrotas y bullas electorales, reafirmó que su esposa, candidata a la presidencia y el vicepresidente y candidato oficialista a gobernador de la provincia bonaerense, Daniel Scioli, lograrán construir un país con “equidad y con industria nacional”.

Asimismo, para reforzar la posición del gobierno, se refirió a la reciente visita del candidato francés para dirigir el Fondo Moentario Internacional a partir de octubre, Dominique Strauss-Kahn, al sostener que los representantes del organismo internacional deberían admitir sus errores y que la Argentina tiene fuerza para indicarles qué es lo que hay que reformar en el Fondo. El francés vino a solicitar el voto argentino, aunque más por una formalidad que por una necesidad de hecho; es difícil que el candidato preferido por los rusos pueda arrebatarle su pretensión presidencial.

La inauguración

A pesar de que el Alto Horno 2 entró nuevamente en funciones el 30 de enero, recién ayer se inauguró oficialmente.
Después de 15 años, la planta de San Nicolás de la siderúrgica Ternium Siderar vuelve a operar con dos altos hornos en producción conjunta. El horno había dejado de funcionar el 9 de octubre pasado, después de 11 años continuos de trabajo.

Las reparaciones (realineamiento) del Alto Horno 2 (corazón de la empresa propiedad del grupo Techint) precisaron de un presupuesto de 110 millones de dólares y más de 3.000 trabajadores en obra.
Se rediseñó el crisol que permitirá mayor productividad y se cambió el sistema de refrigeración para controlar las altas temperaturas del horno. Además se aumentó su volumen para permitir saltar de una producción de 5.200 a 7.200 toneladas diarias.

Según voceros de la empresa, estas inversiones buscan satisfacer una demanda local de acero plano que se duplicó en los últimos cuatro años, al pasar de un millón de toneladas en 2002, a 2,2 millones en 2006.

Kirchner y el gobernador Solá destacaron en sus discursos la importancia que tienen las inversiones privadas como las anunciadas por Rocca; pero fue éste, paradójicamente, quien reivindicó el rol del Estado. Sus palabras iniciales estuvieron destinadas a engrandecer la figura del general Manuel Nicolás Savio, responsable de la fundación de la siderúrgica estatal Somisa, que en 1993 pasó a manos del grupo privado: “Esta planta nació -contó Rocca- gracias a la visión del General Savio, contenida en el Plan Siderúrgico Argentino de 1947”.

Inversiones nuevas y viejas

Tras la inauguración, ya sin cascos ni antiparras, en el interior de una gran carpa blanca, Rocca detalló el plan de inversiones por 600 millones de dólares que realizó su firma entre 2004 y 2007, que contemplaron además de las recientes obras en el horno 2, el aumento de la producción de coque, de la capacidad de calentamiento de planchones de acero, y más ampliaciones en otras plantas de la firma.

Pero no se quedó allí, y el empresario anunció hasta 2010 nuevas inversiones por 800 millones de dólares para llevar la producción de acero de 2,8 millones a 4 millones de toneladas anuales.
Se contentó Kirchner con estos anuncios, a los que sumó las inversiones en la planta nuclear de Atucha II y las concretadas recientemente en Puerto Madryn, en la empresa Aluar,

Una semana empresaria

La visita de la pareja Kirchner a la planta siderúrgica de San Nicolás, se enmarca en una semana de äcercamiento empresario. El lunes, el presidente y su esposa recorrieron la planta de Aluar en la provincia de Santa Cruz, para inaugurar la ampliación de las instalaciones de la mayor productora de aluminio del continente (que demandó una inversión de 850 millones de dólares). A su vez, el martes la senadora disertó en el precoloquio del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), ante 600 hombres de negocios. Ni en palabras ni en gestos la senadora atinó a ofenderlos y evitó fricciones que tan sólo meses antes se hubieran generado. Se despachó con una frase que sonó a melodía para niños: “Ganar dinero no debe ser considerado pecado”. La semana de los Kirchner se completa con un regalo a la Unión Industrial Argentina: en un acto de la entidad empresaria en Parque Norte, Kirchner les cedió un predio a los industriales

De cara a la globalización.

“Tenemos que mirar hacia delante, para hacer frente al crecimiento de nuestro país y a la necesidad de sostener el posicionamiento industrial frente a la competencia global”. Estas fueron las palabras de Rocca, en una clara muestra de cómo piensa el hombre que ha dirigido la expansión de sus negocios a todo el continente.

En los últimos años, Techint se hizo de 16 centros productivos repartidos en Estados Unidos (1), México (7), Venezuela (1) y Argentina (7); y 14 oficinas comerciales entre Estados Unidos, México, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Argentina y España. En opinión del empresario, “para ser protagonistas de la globalización tenemos que dar una dimensión internacional a nuestras empresas”

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Ternium Siderar, una ciudad

Tan grande es la planta de San Nicolás que tiene Ternium Siderar que, según uno de sus ingenieros, consume a diario la misma cantidad de gas que la ciudad de Rosario y genera la cantidad de hierro necesaria para producir ocho autos por minuto.
Pero también en recursos humanos y ventas las dimensiones son impresionantes. Ternium es una sociedad que emplea a 18.300 personas, con ventas netas en 2006 por 6.600 millones de dólares y con una capacidad productiva de once millones de toneladas anuales de acero crudo. Además, produce pellets, hierro de reducción directa, laminado en caliente y en frío, revestidos y tuberías.
El grupo Techint se valió de las empresas estatales argentina, mexicana y venezolana para consolidarse como un grupo transnacional. Entre 1992 y 2007 adquirió la siderúrgica estatal argentina Somisa (1993), a precios irrisorios según fuentes mismas de Siderar; la venezolana Sidor (1998), y las mexicanas Hylsa (2005) e Imsa (2007). El grupo creó en 2005 Ternium, que entonces pasó a unificar al resto de las empresas.

Una asociación estratégica

Los abrazos y palmadas no escasearon en un acto que reafirmó una relación que parece indispensable tanto para el gobierno nacional, que precisa de inversiones, como para Rocca, que necesita que el Estado allane el camino de la transnacionalización. Tan fundamental, que Kirchner intermedió semanas atrás para contener las amenazas del presidente venezolano, Hugo Chávez, de reestatizar la siderúrgica Sidor, que controla Techint en Venezuela.

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