Slim Helú quiere una tajada mayor en Global Crossing

El amo de Telmex y máximo rival latino de Telefónica, Carlos Slim Helú, se ha lanzado a aumentar su presencia en el paquete Global Crossing. Pero varios analistas no creen que sea el momento oportuno.

21 mayo, 2004

A principios de mayo, las acciones de GC se desplomaban hasta 27%, pues los propios directivos de la compañía se habían encargado de espantar inversores. ¿Cómo? Revelando que la red de telecomunicaciones deberá revisar el balance de 2003 y anular las proyecciones de utilidades para este año. Por ende, no parece sensato aumentar, justo ahora, participación en la firma.

Para una empresa que emergió de concurso este mismo semestre y afronta las dificultades típicas de los servicios a larga distancia, los nuevos problemas contables son muy peligrosos. Pero, tras el derrumbe, fondos, inversores y especuladores comenzaron a recomprar “desde abajo”. Al frente de la movida apareció Slim, dedicado desde hace tiempo a expandirse en el negocio.

De hecho, el audaz empresario mexicano admitió que su meta es controlar hasta 20% de Global Crossing, cuya sede sigue en las Bermudas. Hace una semana, él y su familia –como otros empresarios latinos, es nepotista- tenían ya casi 10%. Hoy compite con el financista tejano Richard Rainwater en la compra de esos títulos.

No obstante, ni Slim ni Rainwater “pueden modificar el perfil de GC. Por ahora, su desempeño es inferior al promedio del sector”, sostiene un análisis de la consultora Jeffries & Co. Lo sugestivo es que el informe haya sido hecho para Singapore Telemedia, del grupo Hutchinson Whampoa, controlante de GC.

A principios de mayo, las acciones de GC se desplomaban hasta 27%, pues los propios directivos de la compañía se habían encargado de espantar inversores. ¿Cómo? Revelando que la red de telecomunicaciones deberá revisar el balance de 2003 y anular las proyecciones de utilidades para este año. Por ende, no parece sensato aumentar, justo ahora, participación en la firma.

Para una empresa que emergió de concurso este mismo semestre y afronta las dificultades típicas de los servicios a larga distancia, los nuevos problemas contables son muy peligrosos. Pero, tras el derrumbe, fondos, inversores y especuladores comenzaron a recomprar “desde abajo”. Al frente de la movida apareció Slim, dedicado desde hace tiempo a expandirse en el negocio.

De hecho, el audaz empresario mexicano admitió que su meta es controlar hasta 20% de Global Crossing, cuya sede sigue en las Bermudas. Hace una semana, él y su familia –como otros empresarios latinos, es nepotista- tenían ya casi 10%. Hoy compite con el financista tejano Richard Rainwater en la compra de esos títulos.

No obstante, ni Slim ni Rainwater “pueden modificar el perfil de GC. Por ahora, su desempeño es inferior al promedio del sector”, sostiene un análisis de la consultora Jeffries & Co. Lo sugestivo es que el informe haya sido hecho para Singapore Telemedia, del grupo Hutchinson Whampoa, controlante de GC.

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