Sergio Marchionne: Lo de Berlín es una opereta

Alemania optó por Rusia –algunos sospechan la mano de Volkswagen- y negocia Opel-Vauxhall con el consorcio Magna-Gaz, que maneja Oyeg Dyeripaska, operador de Vladimir Putin. Fiat, irritada, completaba ayer mismo la alianza con Chrysler.

30 mayo, 2009

Angela Merkel y su gabinete resolvieron discutir la propuesta rusoaustraliana, en buena medida por motivos geopol&iacute;ticos y electorales. No obstante, Fiat insistir&aacute; en cumplir las &ldquo;condiciones de &uacute;ltima hora&rdquo; impuestas por los alemanes. <br />
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&ldquo;Esto es una opereta, donde el gobierno germano nos ocultaba datos y gestiones&rdquo;, protestaba Marchionne, a quien sigui&oacute; Luca Cordero Montezemolo, presidente de la automotriz italiana. Allegados de ambos tambi&eacute;n acusan a Silvio Berlusconi y la banca privada de no respaldar las gestiones de Tur&iacute;n. <br />
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Las exigencias de &uacute;ltimo momento &ldquo;son innecesarias, inusitadas y fuente de riesgos innecesarios. Se prefiere un grupo cuyo perfil financiero real es ignoto, empezando por el flujo de caja&rdquo;, sostiene la nota de Marchionne a Merkel y a la propia General Motors, que vive sus propios instantes decisivos en Detroit. &ldquo;Esto es una opereta brasile&ntilde;a&rdquo;, reitera el director gerente, que ahora debe dar explicaciones al gigante sudamericano, donde Fiat tiene negocios. <br />
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Pero los parangones art&iacute;sticos no hab&iacute;an empezado ah&iacute;. Horas antes, Karl-Teodor zu &amp; von Guttenberg, ministro de econom&iacute;a, tachaba la propuesta Fiat como &ldquo;absurda commedia dell&rsquo;arte&rdquo;. Mientras, Magna-Gaz abr&iacute;a sigilosos contactos con GM. Ya el viernes por la noche, se daba por perdida la partida para los italianos. <br />
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Pero el panorama dista de quedar claro. Por un &aacute;ngulo, Gran Breta&ntilde;a sigue presionando a favor de Vauxhall, tradicional marca inglesa controlada por Opel, o sea GM. Por otro, la Comisi&oacute;n Europea apoya una salida con participaci&oacute;n de los gobiernos involucrados. Vale decir, Estados Unidos, Alemania, Rusia, Australia, Gran Breta&ntilde;a, Suecia e Italia. Sucede que siguen en el aire las redes de GM en Escandinavia (Saab) y Sudam&eacute;rica. <br />
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